Corriendo para ganarle la carrera al alud

Reyal Urbis acaba de presentar concurso de acreedores. Es la segunda mayor quiebra de la historia del ladrillo, tras Martinsa. Orizonia, el gran consorcio turístico, anuncia un ERE que afectará a casi un 70% de la plantilla, entre 3.000 y 3.500 empleados. Pelean los trabajadores de IBERIA contra el plan de reestructuración de la empresa. El agujero negro de las entidades financieras, mientras, sigue anotando datos con discreción: CatalunyaBanc y NCG tendrán pérdidas de unos 20.000 millones.

 Pero, tranquilos, no pasa nada, todo va bien. Avanzan los voceros del gobierno que la reforma laboral es cosa estupenda que “su efecto se notará más a medio plazo, pero en un año ha frenado despidos y atraído inversiones con altas dosis de flexibilidad”. Ya digo, hasta asimilarnos en competitividad a los chinos nos queda trecho. Preparan la intervención de Rajoy en el Congreso, donde anunciará un plan de choque contra el desempleo juvenil que es poco menos que jauja. Podría desatar un «huracán contractual», nos cuentan. 3.500 millones. 23.000 confesos le han dado solo a Bankia (se habla de 36.000 reales). 5.000 a la CAM… que fue vendida por 1 euro al Banco Sabadell.

 Sí, el gobierno se dispone a ir al largamente aplazado debate sobre el estado de la nación, con una batería de pianos de cola para adjudicar a apartamentos de 30 m². Limpio de polvos corruptos e ineficacia y de la paja de las declaraciones manipuladoras. Y lo grandioso es que mucha gente les creerá. Estamos tan tristes, necesitamos tanto alguna alegría. Gran Hermano ya va por la 14º edición copando audiencias. Y quienes podrían hacer algo desde una oposición progresista andan a la greña con el quítate tú que ahora me toca a mí.

 El alud cae sobre nosotros. Hace tiempo que lleva arrasando a unas cuantas personas y a unos cuantos derechos en su alocada carrera. Es lo suyo: la bola se engrosa y cae por su propio peso, no puede hacer otra cosa. Pero el ejecutivo y los poderes para quienes gobierna corren y nos obligan a correr tratando de ganarle la partida a la debacle. Un helicóptero les aguarda para evacuarles en el momento preciso. A ellos. Lástima que no sea el que la cordura espera. El que tuvo que pillarse De la Rúa en Argentina en 2001.

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