Palabras blancas contra bolsas negras

La fotografía de Morell en EFE es antológica. De las que capta el alma de los retratados. Un político del PP, José Joaquín Ripoll, presidente de la diputación de Alicante, sonríe irónico, hasta con sorna, –mientras sostiene un regalo en las manos- ante las voces crispadas de los indignados que le increpan. Vimos a Ripoll salir de comisaría el año pasado, dado que está imputado en ese sucio caso -hundido en las basuras- llamado Brugal por delitos de cohecho, fraude, tráfico de influencias, revelación de secretos y negociaciones prohibidas a funcionarios.

Ahora Ripoll salía de asistir a la toma de posesión de Sonia Castedo como alcaldesa de Alicante, aunque también está imputada por la fiscalía anticorrupción en el mismo caso y por similares delitos. Castedo va un poco más allá que el presidente de su partido Mariano Rajoy aunque en la misma línea y dice: ´Lo que las urnas han dicho no se puede modificar en otros lugares´. Para que vamos a hacer un dispendio en jueces ¿verdad? Recordemos una vez más que lo que persiguen es robo de dinero público, nuestro.

Ripoll tiene crudo repetir como presidente de la Diputación de Alicante, sin embargo. ¿Por su imputación judicial? No, porque cometió el error de ser “zaplanista” (otro edificante ejemplo) en el país de Camps que se dará con él la mano en los tribunales, en este caso por la Gürtel. Solo por eso. Que no es poco.

Gritan los indignados, sí. Mientras los periodistas –seres de carne y hueso- de los grandes medios informativos hablan de “ellos”. En su infinita incomprensión de la realidad, tanto periodistas aposentados como políticos, los ven como un grupúsculo exótico ajeno a sus vidas.

Hasta el gran Manuel Vicent se marca hoy una columna extraterrestre. Aconseja a los acampados que se vayan –que en ello están- y dice: «La cólera tiene un recorrido muy corto, más allá de romper escaparates ante la carga policial». ¿Romper escaparates? Pues igual es que vio el TD2 de TVE anoche en donde llamaron “incidentes violentos” a las cargas policiales y no precisamente para ser precisos en la expresión si nos atenemos al contexto. Vicent, con afán constructivo, propone «una asamblea permanente de jóvenes notables» para encauzar el asunto. Y añade: “Esta protesta juvenil sin origen ni destino conocidos, que ha condensado a través de Internet un ambiente muy cargado de electricidad, corre el peligro de diluirse en un sentimiento de rebeldía difusa que algunos elementos turbios se empeñan en degradar, en subvertir o en asimilar al sistema.”

Hoy, los periódicos -más viejos que nunca- se preguntan por la muerte de la socialdemocracia, con viejas recetas y diagnósticos. Los políticos siguen transitando por el Limbo y el goce del Olimpo ganado o perdido. Los indignados, “ellos”, nosotros, todos, se curran un futuro mejor hasta para los periodistas del telediario –pan para hoy, hambre privatizada y manipulada para mañana-.

Palabras blancas contra repletas bolsas negras en la sobrecogedora y magistral viñeta de Medina en Público.