«Svetla espera su turno para tomar declaración en un juzgado griego. La policía la encontró ejerciendo la prostitución en la calle, aunque la razón por la que se encuentra ante un tribunal es por un delito contra la higiene pública. Svetla presenta un cuadro médico con diversas enfermedades venéreas y dermatológicas. Aún no ha cumplido los 40 años y es ingeniera nuclear. Trabajaba en una central de energía atómica en Bulgaria pero cuando cerró, pensó que quizás tendría más posibilidades, acordes con su preparación, en el país vecino.
Al cruzar la frontera, pronto tuvo que comenzar a trabajar realizando servicios domésticos para salir adelante, pero en el camino se encontró con el que sería su proxeneta, un hombre que bajo presiones y amenazas supo tocar el botón personal que la empujó hacia la prostitución».
Así comienza Sofía de Roa -una de las coautoras de Actúa- un reportaje realizado sobre el terreno en la depauperada Grecia. El fascismo crece en la pobreza y… en la incultura. El error inducido -cuando se siembra en mentes obtusas y antidemócraticas- de que el igual es el culpable y no quiénes se lucran a costa de todos. Se paga caro.