Los cuentos de mi querido amigo Juan José Aguirre son una tradición en Navidad. El de este año se llama «El desalojo».
«Nunca trascendió a los medios de comunicación porque era un caso de tantos, pero aquel 28 de diciembre un oficial judicial, acompañado de dos furgones de la policía antidisturbios, se presentó en el Portal de Belén.
– ¿Es usted José el Carpintero? – preguntó al hombrecito de la vara de nardo.
– Para servirle, sí señor – respondió él.
– Pues traigo una orden judicial para que desalojen el Portal.
– Pero, hombre, es que nos acaba de nacer un niño y no tenemos dónde caernos muertos.
-Pues habérselo pensado cuando se refocilaban, amigo. Las reclamaciones al maestro armero.
-Oiga usted -protestó José tímidamente- que nosotros somos pobres pero honrados.
-Las desgracias nunca vienen solas -ironizó el del juzgado-. Desalojen y tengamos la fiesta en paz.
Unos días antes, el tal José, carpintero en paro de larga duración y sin domicilio conocido, y María, su mujer, habían llegado a la ciudad de Belén. María había salido de cuentas y la pareja no tenía dinero para pagarse una pensión, así que, por pura necesidad, ocuparon aquella cuadra desvencijada. Dieron una patada a la puerta y se instalaron dentro. Todo -debieron pensar José y María- antes que el niño, que estaba a punto de nacer, se les muriera de frío en aquellas noches de crudo invierno.
Como les habían retirado la tarjeta sanitaria porque llevaban dos años sin cotizar a la seguridad social, y el hospital de Belén era de gestión privada, María parió a su niño en la cuadra, sobre un montó de heno. Eso fue la noche del 24 de diciembre y al niño, que llamaron Jesús vaya usted a saber por qué, lo acostaron en el pesebre a falta de cuna. Es cierto que en aquel portal había un buey y una mula, los cuales tuvieron que apretarse un poco para que el recién nacido tuviera cama en su pesebre, pero los rumiantes suelen ser gente de buena índole y no protestaron.
A los pastores que había por aquellos andurriales tampoco les pareció mal. Trabajaban a jornal y sabían lo que era pasar necesidad, así que les echaron una mano en lo que podían. Alguno les llevó un cuenco de leche de cabra; otros les dieron un trozo de queso o un tasajo de carne para que fueran matando las hambres. En general, a los vecinos de la zona aquella pareja de okupas, con su recién nacido, les cayó bien y la cosa no parecía que ofreciese mayores poblemas, ni la paz social se vio alterada.
Pero, como dice el refrán, «una cosa piensa la mula, y otra quien la albarda». Y ocurrió que el dueño del portal se enteró de que unos indocumentados se habían metido allí y vivían tan ricamente, sin pagar el IBI, ni las tasas de basura, ni el contrato de arrendamiento, ni todas esas obligaciones fiscales que el Estado voraz carga a los honrados propietarios. Así que fue al juzgado y puso una demanda por desahucio.
Cuando los pastores supieron que iban a echar a aquella pareja, hicieron asambleas en el barrio y decidieron movilizarse. En vez del cartel ese de «Gloria a dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad», que puede verse en los belenes de corcho, llenaron el Portal de pancartas: «El Portal es un bien social», «Ni una familia sin hogar», «Navidad = Igualdad», y otras cosas por el estilo. Hicieron una barrera humana delante del chamizo y ofrecieron resistencia pasiva al desalojo…






julio
/ 23 diciembre 2011Un bonito cuento navideño para unas navidades raritas.
Miguel
/ 23 diciembre 2011Excelente cuento. Muy bueno, bueno, bueno… ¡Enhorabuena!
Aquí te dejo mi cuento por si te apetece dar un vistazo.
1ª parte: http://15mikel.blogspot.com/2011/10/mundos-paralelos-i-once-upon-time.html
2ª parte:
http://15mikel.blogspot.com/2011/12/mundos-paralelos-ii-la-invasion.html
Saludos indignados!!!
http://15mikel.blogspot.com/
Víctor
/ 23 diciembre 2011Ojalá fuera un cuento. Lo triste es que es real. No tiene espacio para la licencia poética. La dureza de intentar parar un desahucio con la única arma de saber que tienes la razón, que el derecho a acceder a una vivienda es un derecho fundamental y que nadie, absolutamente nadie, puede verse despojado de ese derecho (y menos por razones económicas, las que establece el maldito mercado), es inutil frente a la brutalidad policial.
Ver acudir a 10 furgones con más de 50 policías para echar de su casa a una mujer con 3 hijos menores, su madre y su abuela (asistí, es uno de los más de 200 desahucios que se producen cada día) produce, tras la tensión, una mezcla de rabia y frustración. De toda esta sin razón, de esta falta de sentido, de tanta violencia contra los más débiles, no va a salir nada bueno. Hay mucha ira y nos estan ahogando cada vez más.
María Dolores Amorós
/ 23 diciembre 2011«Pienso, luego discrepo», dice Juan José Aguirre al que acabo de conocer gracias a ti, querida Rosa.
También tú, al igual que me sucede a mí, hemos nadado siempre a contracorriente, no somos peces muertos.
La vida a cada cual le ha puesto sus zancadillas. Lo importante es haber sabido sortearlas y no sucumbir a los intentos de las envidias ajenas.
Aprovecho para desearte mucho relajo y ese tu bien saber estar en estas fiestas de alegría con fecha de caducidad (¡qué bien lo dice el buen amigo Rafael Fernando Navarro!).
Por primera vez en mi vida he conseguido ‘pasar’ de las estupideces de villancicos, dulces y demás engañabobos. Ni una sola papeleta de lotería, ni cenas, ni comidas extra. A mis hijos les comuniqué, hace más de una semana, que yo ya me encontraba en el diez de enero. Por el simple hecho de que la gente se halla en eso que llaman navidad saben que no deben venir a casa a darte un trabajo extra.
Esta decisión ha sido una liberación mayor de lo que podía imaginar.
Un abrazo, mi querida Rosa.
María Dolores.
Miguel
/ 23 diciembre 2011Hola Victor, totalmente de acuerdo. De la violencia hacia los más débiles no va a salir nada bueno. Tengo la sensación de estar sobre un «geiser» apunto de reventar. No creo que Rajoy agote la legislatura y me imagino a Mas en helicóptero, pero esta vez huyendo del Parlament. La ira de los más desfavorecidos va en aumento, y cuando ya no tienes nada que perder…
http://15mikel.blogspot.com/
Miguel
/ 23 diciembre 2011Hola, dejo un microrelato que escribí sobre el tema…
-Memorias de un desahucio-
No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento (tras esta, quedaron los domingos en los que papá nos contaba un cuento bajo las sábanas de su cama). Malena volvió su mirada y mamá le tornó una sonrisa apremiante. Yo me hacía el valiente, aquellos policías no parecían tan malos.
La puerta se cerró con un trallazo. Malena y yo apretamos las manos de mamá y contuvimos las lágrimas. (Papá siempre decía que no había que llorar delante de nuestros ofensores). Con las maletas a cuestas bajamos a trompicones por la escalera. En la calle, el gentío se apiñaba frente a los furgones. Rugían las gargantas, atronaban los altavoces.
Saludos indignados!!!
http://15mikel.blogspot.com/
Víctor
/ 24 diciembre 2011http://ecodiario.eleconomista.es/sociedad/noticias/3628358/12/11/El-15M-simula-el-desahucio-del-Portal-del-Belen-de-la-plaza-de-Valladolid.html