
Refugiados de Kirguistán, seleccionada por Javier Bauluz
Para encontrar una foto, esta foto, con la amargura de las victimas de un nuevo conflicto, Kirguistán, he tenido buscar y buscar para recalar en donde sí suponía que la tendrían: www.periodismohumano.com, seleccionada por el Pulitzer español, Javier Bauluz. Son esos «flashes» que atrapan entre la maraña de imágenes de los telediarios. Veo estos días las lágrimas de un nutrido grupo de seres humanos que caminan con las pertenencias que pueden acarrear por un camino. Han tenido que abandonar su casa y su tierra. Han perdido familiares en la huída. He visto llorar a hombres y mujeres, con un sentimiento tan hondo que estremece. Y ahí queda durante horas, durante días.
Las noticias de hoy, como las de cada día, arrojan sangre, siegan vidas, las cambian sustancialmente. De punta a punta del planeta. Y todos lloran en el mismo idioma.
Cuando ríen, también lo hacen igual. Otro impacto visual me mostró ayer la sonrisa arrebatada del seleccionador de fútbol de Corea del Norte. Para él no hay foto en parte alguna. Atribulado país, al límite de lo soportable y aún más, y un simple juego arranca la imagen espontánea de la felicidad de un momento. Tampoco hay fotos de archivo para quien ríe desde el alma y no por que el cámara se lo pide.
Ya escribí esa constatación de cuánto nos parecemos unos y otros, aunque la costumbre imponga fronteras de todo tipo, y dónde radican las diferencias no esenciales:
Probablemente, cada uno de nosotros nos entenderíamos mejor, de conocernos, con alguien afín de Dinamarca, Grecia o California –aquél con quien compartiéramos ideales, gustos o hábitos- que con el vecino que vive en la puerta de al lado del ascensor. Aquí y más allá, todos queremos atrapar la utopía de la felicidad y cruzamos los dedos –aliviados y satisfechos- al toparnos con el más realista bienestar. Queremos amar y ser amados, compartir, con o sin dependencia, según el gusto. Huimos del dolor y las penalidades, nos esforzamos en mayor o menor medida por conseguir objetivos. Esperamos ganar la meta que cubra nuestras necesidades; algunos, que las colmen y las rebasen. Aspiramos a descansar y divertirnos. Reímos con el ingenio humorístico, aunque no todos con el mismo. Lloramos con lo que nos rasga el corazón, que es muy personal, pero a veces estalla en un sentimiento colectivo. Hay quien precisa la cultura para respirar y hay a quien le resbala como el agua en la ducha. Unos miran más allá y sueñan con mejorar el mundo, y otros aspiran a que el mundo se pliegue a ellos para satisfacerles. Nos atrapa la familia para quererla o discrepar, pero casi todos daríamos la vida por los hijos. En Sudán y en Australia, en Islandia y en Irán, en San Petersburgo y en Medellín, en Sierra Leona y en Santiago de Chile, en Oviedo y en Tenerife, en el Barrio de Salamanca y en Vallecas, en la calle de al lado y en la nuestra, en casa donde de nuevo pensamos que puede haber un alma gemela en Manila, más cercana, más cálida, que aquel español que vota a otro partido.
Pero, sinceramente, hoy cargo, sobre todas las cosas, con el hatillo de esa mujer de la foto, de la que la contempla, de todos los que en Kirguistán caminan, ahora mismo, a un incierto destino. Algo habrá que hacer para que estas cosas no ocurran. Alguien lo está haciendo muy mal.






Eliecer.
/ 16 junio 2010Que bonito.
Soto
/ 16 junio 2010Hola Rosa y amigos contertulios:
Muy,bueno ,muy bueno el contenido del post;se siente ,llega dentro,muy adentro,escuece,porque es muy humano,con sus miserias y tristezas que no tienen porque suceder pero que suceden porque algo se hace rematadamente mal ,como tu muy bien matizas.
Apertas agarimosas
Víctor
/ 16 junio 2010Esta mujer representa a millones de personas. Aquellos que han tenido que huir de sus hogares por culpa de los conflictos en el mundo. Guerras olvidadas, que como esta, aparecen por un espacio de tiempo en los medios, para desaparecer en el olvido y la indiferencia. Darfur, Congo, Somalia, en Xinxianj (China), Tibet, Sahara Occidental,… Un sufrimiento que no vemos pero que no por eso no es real. Esta foto es una bofetada para nuestra condición de miembro dela humanidad.
http://www.deia.com/2010/06/16/mundo/aumentan-los-desplazamientos-forzosos
RBlanco
/ 16 junio 2010Felicidades, Rosa.
Un artículo que llega donde debe llegar, al corazón -espero que al de quienes tomas las decisiones en este mundo desnaturalizado, también llegue-, a cada fibra de nuestro ser que cree todavía que ser diferente, no tiene que significar ser distinto ni ser motivo de violencia y muerte.
Que todos los seres humanos somos iguales en derechos y deberes, por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario.
Un abrazo
Rita
Perdigota
/ 16 junio 2010!QUE BUENO ROSA MARÍA¡ La lectura de LÁGRIMAS es como abrir las compuertas de los recuerdos que tengo en mi mente y veo, todavía, las personas que huían con pavor ante la llegada de fuerzas superiores y aniquiladoras. Por los caminos, carreteras, laterales de un rio, familias desgajadas de otros miembros desaparecidos o ya muertos, con sus enseres, mantas, cacerolas; mujeres y niños, muchas mujeres y ancianos; carros tirados por personas; huían hacia el mar, a un puerto que los salvara. Esto también pasó aquí, para nuestra desgracia y para nuestro recuerdo. Y pasó en Vietnam, y pasó…y pasa. En este «valle de lágrimas» hay que tomar nota de todo eso que la fotografía nos revela y tu escritura señala, y volver y seguir queriendo CAMBIAR EL MUNDO,