En España solo puede gobernar la derecha o la crispación

En España solo puede gobernar la derecha -y asimilados que no pongan en peligro el sistema de injusticias- o la crispación. O tienen el poder, crispando, o irritan desde la oposición. Es así desde hace siglos, pero la estrategia se ha perfeccionado y especializado desde que Rajoy encabeza el PP. Más aún, a raíz de ganar las elecciones en 2011 en un ambiente social que cuestionaba hondamente las políticas tradicionales, se añadieron factores decisivos al plan.

El PP de Rajoy no ha dado una sola puntada sin hilo de su madeja. Se ha pertrechado de un entramado jurídico que penaliza cuanto no sea la sumisión a sus postulados. Ha blindado también sus dañinas reformas para que resulte muy arduo desmontarlas. Y, por el grifo de las subvenciones o el temor común a los cambios, ha sumado en su lucha a un número notable de medios y periodistas, dispuestos a dejarse la piel por mantener el régimen de privilegios. O a mirar para otro lado que opera similares resultados. Factores que convierten este período en peligroso como pocos en la historia reciente y que influyen como una losa en el gobierno en gestación.

Rajoy se hace cargo del PP perdiendo las elecciones de 2004 por su gestión manipuladora de los terribles atentados del 11M –lo dijo hasta la prensa internacional-. Desde el día siguiente a ese 14 de Marzo, comenzó la campaña contra José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE arguyendo que su triunfo era poco menos que ilícito. Con sus panfletos de cabecera como ABC o La Razón, con El Mundo de Pedro J. Ramírez intoxicando de forma miserable, el resto de los medios no participaban básicamente del juego. RTVE recuperó una calidad solo conocida en tiempos de Fernando Castedo, Gabilondo, Azcona, Sotillos, Pedro Macía o Luís Mariñas, entre otros.

Si Rajoy llamó “ruiz” –ruin- al candidato socialista, Pedro Sánchez, en el debate para las elecciones de diciembre de 2015, a Zapatero en sus dos legislaturas le cayó una lluvia inhumana de improperios y acciones. Como ahora a las víctimas favoritas de la nueva cruzada. A este paso alguien puede acabar en la hoguera. De momento, quienes llevan más números son Carmena, Zapata y Rita Maestre. Entonces, no fue ‘solo’ que Rajoy acusara al presidente socialista de servirse de los muertos, es la lista de calificativos que le dedicó durante su mandato. Recopilé en su día algunos:

Acomplejado, agitador, ambiguo, antojadizo, aprendiz de brujo, bobo solemne, chisgarabís, cobarde, débil, frívolo, grotesco, hooligan, impreciso, imprudente, incapaz, inconsecuente, indigno, inestable, inexperto, insensato, insolvente, irresponsable, maniobrero, manipulador, mentiroso, oscuro, perdedor complacido, radical, rastrero, sectario, taimado, traidor, turbio, veleidoso y zafio.

El proceso del 11M e, invariablemente, ETA, fueron una vez más armas de manipulación y uso partidista en manos del PP y sus medios. La política antiterrorista del PSOE  terminaría dando frutos pero aquellos días, años, se escucharon y se vieron posiciones tan radicales que sembraron el temor en una buena parte de los ciudadanos. Muchos no tienen memoria, volvamos a constatarlo. Igual hacen ahora. Con cuanto se les pone por delante. El presunto chantaje al que cedía Zapatero, llevó a pedir Cirujanos de Hierro, es decir, hasta golpes de Estado en algún medio. Ocho veces, al menos, salió el PP a la calle para protestar por la política antiterrorista del Gobierno, y no menos de 13 para rechazar leyes del ejecutivo, muchas veces de la mano de los Obispos que hoy disponen de su propia cadena de intoxicación.

Cuesta creer que miembros del PSOE hayan contado con el PP en aras de lo que llaman estabilidad (presunta). Y es porque ahora el enemigo ha cambiado: ahora es Podemos y las mareas y confluencias. Hijos de todos los desmanes anteriores, como no debemos cansarnos de atestiguar. Y los golpes y cuchilladas les dan de todos los lados. Confusiones nada inocentes como la que pretende equiparar los escraches, tan medidos c omo explicaba en eldiario.es Stéphane M. Grueso @fanetin, con el acoso violento de miembros de la Seguridad municipal, por tanto del Estado, a un superior. Ministros, periodistas, editoriales, unidos con un Fernández Díaz que dice: “El tiempo coloca a cada uno en su lugar”.  ¿Lo entenderían mejor si el ejército se plantara en la Moncloa por una protesta laboral?

Es la última hazaña de este tiempo, convertido en distinto e inquietante por las leyes y códigos mordaza del PP. En el que, a diario, vemos llevar al juzgado y a la cárcel opiniones u obras de ficción, como sucede ahora mismo en Turquía, China o las autocracias árabes. En estas últimas también es delito agraviar los sentimientos religiosos. Los jueces progresistas han expresado su alarma por el “abuso de detenciones” y de “privación de libertad” como instrumento. En los que la Seguridad del Estado -es decir, de los ciudadanos, no de los poderes atrincherados al margen de los resultados de las urnas- están en manos de un Ministro en funciones que piensa, declara y actúa de forma muy preocupante. O la Justicia en las de otro ministro que no desaprovecha ocasión para hacer campaña a favor de su partido como si trabajara las masas en el mismo plato.

Sembradores masivos de cizaña ‘alertan’ de falta de respeto y agresiones a la convivencia. Patéticamente alterados porque reciben críticas en Twitter. Crispación hay, pletórica: la propagan a diario desde la política y los medios. Mientras la corrupción ya nos está llegando a las vías respiratorias, las arbitrariedades y las dobles varas de medir hieren la vista, nos insultan las desigualdades que ha propiciado su precioso sistema. Ese que, por cierto, les peta otra vez porque las religiones económicas no funcionan en la práctica más que para el selecto grupo de sus beneficiarios.

Nos levantamos cada mañana con nuevos exabruptos, añadidos insultos a la inteligencia y a la más elemental dignidad. Con mentiras o tibiezas. Nos echan al día con el hígado revuelto. Es su modus operandi. Herencia de sus ancestros. Hoy, sumando fuerzas en la labor.

Y la gente lo nota aunque quiera evadirse. A la mayoría nos han devaluado las condiciones de vida, las económicas y todas las demás. Por eso algunos –malnacidos- descargan su malestar contra sus mujeres, los homosexuales, los emigrantes, aquellos a quienes consideran más débiles o diferentes. Por eso se consumen en gran cantidad drogas, ansiolíticos y antidepresivos.

No es posible que políticos decentes no entiendan que así no podemos seguir. Ni un día más. Ni una hora más, si fuera posible. Mientras el PP se rearma en nuevos cinismos, para lavarse la cara. El daño causado es tan grande que llevará mucho tiempo repararlo. Por lo menos habrá que intentarlo, habrá que empezar. No es la única opción, pero obliga a elegir.

El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo.

La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio”.

(Las ciudades invisibles. Italo Calvino)

 *Publicado en eldiario.es

10 comentarios

  1. Con qué maestría, dignidad y valentía has descrito, Rosa Mª, la situación actual de España. Muchos, comentando tus artículos, nos habíamos expresado en este tenor: suciedad sobre suciedad, corrupción tapando otras corrupciones, mentiras coreadas, todo un sustrato cada vez más denso, más potente, sobre el que resultará imposible edificar nada decente. Este artículo es una perfecta radiografía de cómo cuatro años de gobierno ultraliberal absoluto, con la anuencia del otro partido mayoritario, hoy inoperante por sus debilidades y fracturas, han dejado a este país en manos de los auténticos motores del invento: la cruzada neoconservadora y ultraliberal que está arrasando los principios en los que podría sustentarse una sociedad más justa y equilibrada.

  2. Hola Rosa Mª.De nuevo has resumido a la perfección lo que pensamos y sentimos muchos españoles (no todos,por desgracia).El plan previamente diseñado es un hecho incuestionable,nos dan pruebas de ello todos los días y son una piña a la hora de defender lo indefendible.Pero tienen tan bien tejida la tela de araña que no todos se percatan de esa realidad. Italo Calvino en su genial obra,lo deja meridianamente claro: «La segunda (opción) es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio”. Eso es lo difícil ante tanta intoxicación. Mientras seamos sólo unos pocos los que reconocemos ese infierno,están tranquilos porque saben que no pasaremos del pataleo.Siempre tendrán el apoyo de los que «aceptan el infierno hasta el punto de volverse parte de él». Eso sin contar que también tienen el apoyo de la todopoderosa Unión Europea,esa que vino para salvarnos y que lo que está haciendo en realidad es hundirnos cada día más.

    Con tu permiso,reblogueo tu genial artículo en mi blog : «http://midiarioimpersonal.blogspot.com.es/»

    Saludos

  3. 7

     /  21 febrero 2016

    Reblogueó esto en Raciozinando.

  4. Reblogueó esto en El Día a Diarioy comentado:
    gran artículo y de obligada lectura para aquellos que pensamos que sin el PP llegaríamos a ser un país con un mínimo de dignidad.

  5. MIGUEL

     /  23 febrero 2016

    GRANDE!!

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