Mira su cara

triste

Mira su cara, su expresión: frío, noche, miedo –pasado, presente y futuro-, cansancio, impotencia. Ha hecho una dura travesía en una barca neumática, enfrentada al bravo océano. Vio morir a otros compañeros, al menos -entre ellos- a 8 bebés. Y no pudo hacer nada, le desbordaban los elementos. Apenas un crío. Sabe que, seguramente, será deportado, enviado de vuelta a la casa de la que huyó porque no resistía más la miseria. La Europa que despreciamos sus usuarios es para él, y para muchos como él, un paraíso de oportunidades. Aunque lleguen con el que va a ser considerado “hándicaps” del color y del origen. Una nueva tragedia en el Estrecho de la inmigración clandestina. Pongan al lado del Papa, o de Florentino Pérez, o del coche de gran cilidranda,o de las últimas vacaciones en la playa, está foto en sus mesillas, quienes les niegan sus derechos, quienes se los han extirpado.

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