Pues sí, a Artur Mas le ha salido el envite al revés. Vio las calles de Barcelona llenas de gente el 11S y pensó que aquello iba por él, que Cataluña era él. Y, sin embargo, los ciudadanos –con un criterio inusual por estos lares- han rechazado su política de recortes, que eso en realidad se dilucidaba. No todos, claro, las inercias son difíciles de revertir pero Artur Mas ha perdido 12 escaños.
La subida espectacular de ERC o la irrupción de CUP con tres diputados indican que sí hay espíritu independentista en Cataluña (más o menos el mismo que hace dos años), pero sin recortes. Con políticas sociales, como también muestra otro ascenso importante, el de ICV-EUiA.
El PP suma apoyos y gana un escaño. Tiene que haber de todo al parecer. Y Ciutadans también, se queda con 9. Es decir que este triunfo apoteósico “de España” que festeja la carcundia, tiene una representación de 28 diputados. Solemne éxito. La sensatez catalana ha llevado a no tener siquiera en consideración a UPyD, la otra pata del nacionalismo español.
Lo del PSC ya es de traca. Se queda como tercera fuerza política, pierde 8 diputados, y sus mandos se felicitan de lo bien que lo han hecho. Preocupante en realidad, porque a este paso en el conjunto del Estado tenemos PP para rato.
Artur Mas tiene ahora una muy difícil papeleta. Para seguir con sus políticas de recortes y privatizaciones, para seguir favoreciendo a los colegas del empresariado privado, solo cuenta con el PP que es quien hace lo mismo. Su sonrisa campechana, de cemento, tras conocer los resultados, no hace descartable incluso esa opción. Pero no creo que los catalanes lo consientan y menos con el espíritu que reflejan los resultados del 25N. Habrá que ver.
Os confieso que me produce tedio hasta escribir de esto. Sé que es muy serio, pero no puedo evitar un cierto desapasionamiento. Porque hoy “la vida sigue igual” y continúan pasando cosas tanto o más trascendentales.
El marido de Cospedal anda metido en una inmobiliaria y la amiga Ana Botella, a la sazón alcaldesa de Madrid, les ha hecho el favor de echar a 100 familias de sus casas para que puedan vender los pisos. Ni desahucios, ni suidicios, ni mandangas, la pela para la casta es lo primero.
El Gobierno ha decidido por fin a la cifra que pide a Bruselas para «salvar» a los bancos. 42.500 milloncejos de nada. La conveniencia no se discute. Mientras, la UE tienen mártir a Grecia porque no se deciden a desbloquear PRÉSTAMOS por valor de 31.500. Habrán de exprimir mucho más a la población, solo que apenas queda ya sangre de donde sacar. ¿A qué es raro este paralelismo?
Una noticia esperanzadora, sin embargo. La sanidad madrileña está de huelga por la salud de todos. Ante la decisión de privatizar hospitales y ambulatorios. Ante la decisión de que nuestra salud sea un negocio. Perdiendo sus sueldos de estos días no trabajados. Por nuestro bien, no deberíamos dejarlos solos.





