Hemos importado -como hacemos siempre con todo cuanto fomente el consumismo- el Black Fryday norteamericano: las rebajas prenavideñas.
Y, como me gusta ver los fenómenos sociológicos por mí misma, me he acercado a un centro gran comercial situado en el barrio de Vallecas, Madrid. El aparcamiento rebosaba anticipando el interior.
Bolsas
Bolsas
Bolsas
El carrito lo mismo sirve para el bebé que para más bolsas.
En el gran templo de la baratija, uno que ha llevado su impronta a la Gran Vía de Madrid para convertirla definitivamente en un mercado de saldos, parece encabezar la lista de éxitos del día.
Montones… de gangas.
Zapatos que por 13 euros indican cuánto habrán cobrado quienes los fabricaron y que aseguran un cuidado extremo de esos pies que renovamos cada año ¿o son los pies para toda la vida?
Y navidad, para los niños, para educar a los niños en el gusto exquisito.
Y después… bolsas. En el suelo para tomar un respiro.
Es Black Fryday. Descuentos. Más barato o más caro, en todos los rincones. #AhoraQueNosEstamosRecuperando