El sábado se constituyen las corporaciones nacidas de las elecciones del 24 de Mayo. A esta hora, nos encontramos con fuertes rumores de Tamayazo en Madrid, alentados sobre todo por el periódico ABC que, a diario, está hablando del tema, casi dando instrucciones. Es la fecha elegida por Tomás Gómez -el torpemente defenestrado secretario general- para plantar cara a los pactos con Podemos, tras haber estado callado desde que fue sustituido -de mala manera, ya digo- por Ángel Gabilondo. Su queja la ha publicado en un medio «solvente»: la Razón y luego ha concendido una entrevista a Onda Cero. Qué pretende con tan torpe actitud es una incógnita. Botella, entretanto, ha decidido despedirse del Ayuntamiento desalojando y tapiando el Patio Maravillas que era espinita que tenía clavada en su (incomprensible) ego. Es que además duele -si es el caso- no dejar el cortijo a una colega, aunque ea Aguirre. La amplia famiglia estaría más tranquiela.
En la Comunidad valenciana andan a la greña en el centro izquierda, aunque han llegado a un acuerdo para constituir la mesa de Las Corts. Vamos a ver cómo acaba. De no haber acuerdo, hasta Rita Barberá podría repetir.
Ciudadanos apoya, en efecto, al socialismo andaluz y al PP madriñeño, con los aplausos de la prensa oficial, desde El País a La Razón.
A Soraya Sáenz de Santamaría le están haciendo la cama, según parece, tras acumular un poder omnímodo. Rajoy anuncia cambios y uno de ellos será el de portavoz, se dice. Algunos creen que la hoy vicepresidenta gana, hasta se advierten apoyos mediáticos de envergadura para que así sea e incluso sea candidata a la sucesión. Ella despliega agrias verborreas, a mí me da la sensación de que va perdiendo en la pugna.
Que España da mucha pena, que casi disuade cualquier intento de regeneración, es un hecho. Aunque hay cosas que se mueven y que eran impensables hace bien poco. Los principales ayuntamientos van a conocer otros aires. La Asamblea de Madrid lucía ya de esta guisa, gente normal, que algo cambia desde el poder que «se lleva» y se aplaude.
A La Razón y a ABC (entre otros) les ha enfadado mucho.
Mi artículo de eldiario.es de esta semana pretendía hablar de las decisiones básicas que están en juego. Es éste:
Pactos: Es hora de abrir la jaula
La indignación del PP por la pérdida de poder local ha llamado a intervenir hasta a sus principales líderes. Parecen intentar recomponer en los pactos lo que les han negado las urnas. En un rasgo arriesgado en democracia, el presidente del gobierno descalifica a otras fuerzas políticas y manifiesta su disgusto por los acuerdos que se prevén: No le gustan. Ha encontrado un culpable: los medios que hablan de lo que no tienen que hablar -la corrupción del PP-. Tampoco entiende que las cadenas de televisión privadas “den cobertura a miembros de Podemos y afines”. Y esa frase, pendientes de concesiones licencias gubernamentales, suena a coacción. Otros medios más serviles le secundan y toman parte en la negociación de los pactos para llamar a “Podemos y afines” extrema izquierda radical y meter en ese saco al líder del PSOE, Pedro Sánchez, lo cual va más allá del colmo. Tanta izquierda radicalmente extrema por doquier irrita a Rajoy y le lleva a afirmar que esto es “muy peligroso para la estabilidad de España”. Siempre ha confundido España con él mismo, como el Rey Sol.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría –tan exquisita que jamás opina de política en ruedas de prensa del gobierno… si se trata de su partido pillado con las manos en la masa- carga también contra “la izquierda radical”. Todos en su opinión, salvo –sugiere- Susana Díez. Lo que está sucediendo es “muy preocupante”, corrobora como su jefe. Y por si acaso toca ser designada por el altísimo para sucederle.
Muy preocupante para empezar es tener un gobierno que no respeta ni los resultados de las elecciones ni a otras opciones políticas y que pretende una suerte de censura a la información y a los derechos ciudadanos. Consumada en la ley mordaza y reforma del Código Penal próximos a entrar en vigor. O en la nueva ocurrencia de prohibir tomar imágenes de detenidos. Todas esas acciones, milimétricamente premeditadas, que han llevado a Jueces para la Democracia a calificar esta legislatura como la peor de la historia. La asociación progresista de la judicatura añade como lacras de este tiempo una “mayor impunidad para la corrupción y un CGPJ correa de transmisión de los partidos”.
La corrupción. Difícilmente se puede llegar a más –y nuestra capacidad de asombro está ya largamente saturada- que a situar como delegado del gobierno, delegado del PP.S.A, en la Comunidad Valenciana a un sujeto de las características de Serafín Castellanos, hoy detenido. Según El Mundo y con datos de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal), formaría parte también de una trama corrupta que esta vez explota la extinción de incendios, en régimen de auténtico cártel hasta con conexiones en Portugal. Allí donde hay montes y cerillas, hay negocio.
Es un no parar. Cajas B durante años, acreditadas por múltiples fuentes, conpoderosos tentáculos que callan buena parte de los medios. Y que los ciudadanos vemos, atónitos, sepultar en el olvido pese a su intragable calibre. Un partido que -sustentando el gobierno además- es sentado en el banquillo en un juicio por corrupción que le toca como beneficiario pero que sitúa a sus empleados encausados en la calificación de “organización criminal”. Y que tampoco abre portadas cuando sí lo hacen asuntos de menor envergadura y trascendencia de otros políticos. Tampoco las máquinas trituradoras de documentos o los intentos de “tamayazos”. Resucitan intensos los rumores, perfectamente verosímiles, lo que dice todo de la calidad de nuestra democracia. ¿Cuántos más habrá, por cierto, hasta el sábado que se constituyen las nuevas corporaciones? O después…
Dicen estar preocupados pero es a los ciudadanos a quienes nos asedia ese sentimiento en tanto no cambien las cosas. Las mayores cotas de desigualdad social. El paro. La destrucción de empleo. La creación de puestos de trabajo basura. Los recortes. El brutal aumento de la deuda pública y el saqueo de la hucha de las pensiones. El cierre de empresas que aún continúa. Los desahucios. Es difícil hace más daño en tan poco tiempo.
Los parados mayores de 45 años pueden echarse a temblar porque el 71% de ellos ya llevan más de un año sin trabajar. Con un paro juvenil del 53% ¿qué futuro permite esa corta y precaria vida laboral? ¿El exilio? ¿El que ya empieza a echarles y maltratarles? Los emigrantes forzosos deben de andar preparando un monumento a la preocupación de Rajoy y Sáenz de Santamaría.
Es de imaginar la angustia de los padres que han visto entrar a sus hijos pequeños en la pobreza en cifra récord desde que gobierna el PP. La de tantos españoles que han caído en la misma bolsa. Las ayudas llegan solo al 35% de los hogares y la cuantía media es de 420 euros. Es de suponer su inquietud. Y su rabia al ver los sobresueldos en A, que confesó Rajoy cobraba “todo el mundo”, más los B acreditados por la justicia.
Los copagos en sanidad –y el deterioro de las prestaciones- que están inquietando ya a personas que creyeron tener cubierto ese servicio tras toda una vida, o los años que sea, cotizando. Los enfermos de hepatitis C, el cáncer que se está poniendo ya en el punto de mira.
Esto es lo que millones de españoles están experimentando o ven a otros sufrir, si tienen conciencia. Esto y mucho más. Solo la soberbia, el alejamiento de la realidad y la desvergüenza pueden permitirse calificar de “preocupante” la búsqueda de soluciones para salir de ese pozo. Y enderezar el rumbo de un futuro que camina inexorable por veredas de mayor precariedad si se siguen las mismas pautas. Digan lo digan los bien pagados servidores del sistema.
Nada de lo sufrido hasta ahora les basta. No hay presunta recuperación que les sacie. El FMI vuelve a pedir más copago en sanidad y educación, abaratar aún más el despido y los derechos laborales, y subir el IVA. Es el camino trazado. Camino sin fin.
Así que lo que realmente intranquiliza es que el PP se quede. Puede que el futuro no sea fácil, pero sin duda no incluye seguir como estamos. Y, no nos engañemos, la única regeneración posible para el PP pasa por una especie de embalsamamiento que sustituya todas sus vísceras podridas. Es este Partido Popular el que se rechaza, es él quien realmente da miedo.
Y un inmenso tedio. Vivimos como el oso en la jaula de un zoo de medio pelo, topando eternamente con los mismos atropellos y recetas: idénticos miedos, fantasmas y excusas. Es hora de abrir la puerta y henchir los pulmones.
Unsui
/ 11 junio 2015Ahora pedir transparencia y querer acabar con la corrupción implica ser de la izquierda radical…
Cosas veredes Sancho…
Carlos Mª Herrera (@CarlosMHerrera1)
/ 11 junio 2015Por lo que robar a manos llenas desde una posición de privilegio, encallados en las instituciones, compartiendo el «botín social» (producto de la fuerza laboral de las mayorías trabajadoras) con amiguetes y familiares, a la guisa de las grandes peinetas de semana santa o en los directorios de las hiper empresas de monstruosos dividendos pero que fiscalizan «preferentemente» fronteras afuera y especialmente en paraísos fiscales… es de gente bien, que aunque se guarden unos ahorrillos descuidaos, ofrecen garantía y estabilidad a esta gran nación.
Sres. del PP: está claro que muchos y muchas de su clase dirigente, políticos, empresarios, son unos ladrones de tomo y lomo, «preferentemente» de mucha corbata, eso sí. Y si son tan hábilmente prescriptores, no es por otra cosa que porque se han aprovechado de las muchas fisuras en los mecanismos de la democracia para producir leyes que les dieran cobertura.
Sres. votantes del PP: si ustedes mantienen con sus votos a estos ladrones significa sin lugar a dudas que son como ellos.
Sres. del PSOE; ustedes peor, porque con un discurso supuestamente de izquierdas han facilitado el desmadre de las élites, cuando no, muchos y muchas de su dirigencia también han metido bien la mano en la lata, y bien metida, a gusto y a repetición. Y el daño es mayor aún porque el engaño es mucho más grande. ¿También son ustedes los garantes de la estabilidad, de la gobernabilidad, de eso de la centralidad? ¿Gobernabilidad es acaso seguir promulgando leyes que protejan a los que roban desde las instituciones y van destrozando los enormes esfuerzos de las mayorías sociales? ¿Gobernabilidad será plegarse a firmar el TTIP poniendo de rodillas no sólo a la ciudadanía sino a los mismos estados soberanos en la indefensión de los Tribunales de Arbitraje, o sea los amiguetes de las multinacionales? ¿Gobernabilidad será entonces dejar comprometidas no sólo las próximas generaciones sino también indefensos a los países, a sus gobiernos sean del color que sean, para entregarnos a gobiernos y pueblos a la voracidad de las esas mismas multinaciones?
¡¿Y nos hablan de gobernabilidad?! ¿En la docta voz de esta señora Christine Lagarde que mientras exige más asfixia para el sector laboral, una vueltecilla más del vil garrote, ella y la parte que representa aumentan y multiplican sus beneficios corporativistas e individuales?
¿Quién se come ésto? ¿Quién se lo cree?
Es verdad que también ha habido y hay dirigentes de formaciones más identificadas en la izquierda como la propia IU, que se han aprovechado del privilegio de su posición para medrar. Pero no es ni remotamente comparable en cantidad, ni en proporción a lo que han afanao los representantes de la derecha ni los prohombres-mujeres de la llamada socialdemocracia en siglas del PSOE. Pero también está claro que cuando viene desde esas formaciones que están más indentificadas con la izquierda el daño es mucho mayor; es más estructural; hiere gravemente la confianza de las conciencias más comprometidas en las luchas populares.
Pero sí que hay nuevos aires, incluso vientos, que vienen empujando la cochambre de conciencias casposas. Aires y vientos con ideas desarrollistas, integradoras, inclusivas, y mucho más democráticas, por más que «la casta» pretenda nombrarlos radicales, como epíteto atemorizador… ¡bah, lo que antes pretendían también meter miedo con lo de los violadores de monjas! – Sí, parece de risa, pero utilizan el mismo argumentario.
Basta ya de miedos. La realidad es que el miedo sí que está cambiando de bando.
Y sres. ¡Vayanse ya de las instituciones! – pero no se vayan lejos, que todavía tenemos que pedirles responsabilidades. (Ustedes sí que son radicales… ¡robando!)
Un abrazo
(Leí tu magnífico artículo y el primer comentario y empecé a darle a las teclas… lo siento)
Miguel
/ 11 junio 2015Salvo excepciones, los pactos electorales serán los que “toque» que sean y la regeneración será la que “interese» que sea, porque… quien manda manda.
Si hay que implementar un drástico abaratamiento del despido o la implantación definitiva del copago sanitario o nuevos recortes en la educación pública, así como la elevación del IVA (como ha pedido el FMI) se harán.
Seguro que las nuevas personas decentes que han surgido en la política española van a intentar con todas sus fuerzas pelear contra eso y que se haga justicia para que esto se adecente, pero también vamos a ver por cuanto tiempo más tendremos que seguir viendo a los colaboracionistas, lacayos, entreguistas además de ineficientes e incapaces que tanta desgracia han traído y que pusieron la alfombra roja, rendido pleitesía y devoción a sus amos nacionales e imperiales y a los que no importaba corromperse en el plazo más breve posible, si ello implicaba una promoción personal y beneficios que, de otra manera, no conseguirían trabajando con constancia y honestidad.
A todos esos ya les ha ido bien el vasallaje. Su trabajo: obedecer y llenar sus arcas que para eso se les pagaba y paga.
Saludos
Patricio
/ 12 junio 2015Patricio.
Rosa, hay que ser optimista con lo que ha pasado en los ayuntamientos .
LAS MAYORÍAS ABSOLUTAS SE HAN ACABADO en muchísimas de las pequeñas y grandes ciudades de este País . Hay que pactar y el alcalde de turno tiene que currárselo para que le aprueben los presupuestos y todo lo demás……
Buenas tardes a todos.
Trancos
/ 12 junio 2015Siempre les quedará la brunete
Paco Stein
/ 13 junio 2015¡¡¡¡BRAVO!!!! No ha habido «tamayazo». Enhorabuena Carmena.
eva
/ 15 junio 2015Y sin embargo Málaga…
Con colas de mendigantes que es el nuevo papel de los ciudadanos, pobres de pedir resignados a lo que dispongan los amos.
Lo peor es el esclavo que no se rebela. Cuánto camino queda por recorrer!