Noticia de impacto: «Hace calor»

 

sol

Los telediarios dedican amplios espacios a contarnos que hace calor. En Junio. Ni siquiera se han batido récords de temperatura pero hace calor y nos informan. También suelen avisarnos de que hace frío en Diciembre o en Enero. Antes, solían dar cuenta, al menos, de que hacía calor en invierno o frío en verano. La noticia es un hecho desconocido e insólito, no habitual.

Como hace calor, nos aconsejan que bebamos líquidos, nos remojemos, o vayamos por la sombra. Cómo será la confusión que han creado que hoy ha dicho una señorita con un micrófono que “algunos disfrutan del calor”, y nos han mostrado a una pareja cocida al sol, tumbada en el césped y vestida. ¡Criaturas, les va dar una insolación! No ven suficientes telediarios e ignoran que es, precisamente, cuando hace calor cuando no hay que exponerse al sol sin una buena poza de agua al lado, y ni siquiera así.

Lo estaba viendo en Cuatro y en tanto terminaban la sabrosa información, aparecía en el panel trasero un rinoceronte adulto y uno pequeño. Me he dicho, ahora van dar a una visión complementaria del asunto: “No se preocupen por el calor, toda la vida se ha sabido cómo combatirlo, lo practican incluso los animales –sin saber leer, ni escribir, ni oír- que cuando tienen calor se refugian en la sombra”. Pues no, era una noticia especifica de rinocerontes que no he escuchado sumida en mis reflexiones.

La información meteorológica ha ganado espacio y prestancia en los “informativos”. Así evitan dar noticias auténticas y logran idiotizar aún más a la audiencia. No es lógico contar estación tras estación el tiempo que hace cuando no es excepcional, y dar consejos que sabe hasta un pajarillo. No sé cuándo murió el periodismo –es reciente-, pero lo hizo debajo de un sol ni siquiera abrasador. El del dinero que se lucra del consumo y necesita mentes adormecidas. Lo que no entiendo es que los periodistas secunden este manejo, pero por el entusiasmo con el que sirven los tópicos parecen contagiados de la situación. El calor ha secado muchas neuronas desprotegidas -será eso-, y lo peor es que el frío del invierno no las despertará.

   A veces siento gemelo a Juan José Millás:

   «Artefactos parlantes. Unos y otros seguimos hablando y escribiendo por mero oficio, sin alma. Desolación de domingo por la tarde, aunque sea viernes por la mañana».

    (…)

   «Todo es circular y un poco angustioso. Todo está como detenido a la espera de que alguien tome una decisión. A la puerta de los institutos, los adolescentes se fuman un canuto antes de entrar en las aulas analógicas, donde recibirán lecciones inútiles para la vida. Dan ganas de pedirles una calada, para ver cómo sienta un porro a las ocho de la mañana. Lejos de eso, me dirijo dócilmente a por los periódicos de papel con el pinganillo de la radio en la oreja, escuchando análisis de segunda o tercera mano. Digan ustedes algo nuevo o cierren. Por defunción, claro.»

1 comentario

  1. Bueno, en verano hace calor, en invierno frio y nieve, en otoño caen las hojas y en primavera renace el ciclo de la vida y florecen las flores. Es lo que corresponde. La noticia sería todo lo contrario, o en todo caso, que en verano, por ejemplo, haga excesivo calor.

    En la zona sur o mediterránea, hoy, 13 de Junio, San Antonio, lo tengo yo como referencia de cuando empieza el calor de verdad , continuo y constante, y que no cesa hasta últimos de Octubre; aunque ,en realidad ya desde últimos de Marzo empiezan a hacer días de calor: «En Febrero busca la sombre el perro, y en Marzo el perro y el amo» dice el refrán.

    Puede que sea cansino la excesiva información, pero es que la gente no hace ni caso. Pues mira que dicen que el sol en exceso, aparte de afectar negativamente a las neuronas, produce cáncer de piel. Pues nada ahí ves «asándose» en la arena de la playa como si fueran pollos.

    Y sobre todo las mujeres, que en su afán querer parecer más guapas estando morenas lo que consiguen es tener la piel ennegrecida y por tanto, parecer más viejas, ignorando que el sol y el viento en exceso envejece la piel.

    Y qué decir de servir la comida a una pareja en una mesa de la terraza de un restaurante, a pleno sol, a las 3 de la tarde en pleno mes de Agosto en Mijas (Málaga) con una botella de vino tinto Sangre de Toro, que mira que es duro ese vino y en las condiciones que lo estaban tomando.

    Vamos, porque a mí no se me ocurre en pleno invierno comer en una terraza en el polo norte, desnudo y tomando una botella de cava bien fría. Pero es que en el caso anterior, el mismo día, en pleno més de agosto, más o menos a la misma hora de la tarde, entra una señora al restaurante pidiendo que si podrian cerrar las ventanas porque hacía frío. A ver señora, cómo va a hacer frío casi a 40 grados a la sombra.

    Como alguna vez decía mi difunta madre: «hijo, hay gente pa tó»

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