La crisis no se produjo sola

Poco imaginaban los editores de la revista norteamericana Fortune que el prestigioso diseñador Chris Ware, les iba a jugar tan mala pasada. Ingenuo o definitivamente harto –“porque él lo puede”- les hizo esta portada para presentar la lista de las 500 empresas más poderosas de EEUU, y por ende, del mundo. Como en “El jardín de las delicias” de El Bosco, tan importante es el conjunto como los detalles. Aquí uno, con esa bolsa de explotación, en las cloacas de un mundo aplastado por los rascacielos:

La empresa más poderosa del mundo se dedica a vender cosas necesarias o superfluas. Son los grandes almacenes Wal-Mart Stores. La segunda, la petrolera Exxon Mobil, ésa a la que le gusta tan poco que hablen del cambio climático que hasta paga jornadas de conferencias para rechazarlo a las que va pero no va ¿quién? nuestro antiguo presidente José María Aznar –el mismo que asesora los periódicos de Murdoch, sin ir más lejos-. Otra petrolera Chevron es la tercera, y ya vienen los grandes emporios de servicios, fabricantes (automóviles, informática) y bancos, muchos bancos. Aquí, la lista completa, y sus beneficios. Con lo que suman podrían alimentarse muchos –quizás todos- los desnutridos del mundos (están acostumbrados a comer poco y barato). Y recuperar sus trabajos y su vida los millones de personas que lo han perdido, y a quienes aún se les piden sacrificios.

Hasta el puesto 39 no encontramos a Goldman Sachs, el llamado gran superviviente de la crisis. Como sabéis, la empresa –que no fabrica nada sino “aire”- está siendo investigada por el SEC, el regulador financiero estadounidense, acusada de fraude. Y así han sabido que su consejero delegado, Lloyd Blankfein, se jactó de las ganancias que hacían con el derrumbe del sector, en dos correos electrónicos cuyo contenido exacto no se ha revelado. El senador demócrata Carl Levin asegura que estos mensajes demuestan que «los bancos de inversión como Goldman Sachs eran los primeros interesados en promocionar el riesgo y complicar estructuras financieras que alimentaron la crisis». Jugaban al monopoly pero con seres humanos. El broker Tetsuya Ishikama, 31 años, incluso ha escrito un libro con sus hazañas y un título explícito: Cómo causé el colapso del crédito. Responsables de bancos de inversión admiten que las prácticas de Goldman son habituales en el sector. La economía mundial no se cayó sola por el barranco. Unos cuantos la empujaron para enriquecerse.

La crisis es, evidentemente, para quien se la trabaja. La de los demás. El patrimonio de las 1000 personas más ricas del Reino Unido se ha incrementado un 30%. Ha sido el mayor ascenso desde que se comenzó a hacer la lista hace 21 años.

Os recuerdo que en España -la de los 5 millones de parados- pasó lo mismo. Las grandes fortunas ganaron el año pasado el 27% más que el anterior.

   Escucho de fondo el telediario. Los correligionarios de los «goldmansachs» del mundo critican la política económica de Zapatero, que, neoliberal también, tiene una pizca más de rostro humano. Lo que no puedo entender es la ceguera de una sociedad que confía aún en las soluciones de quienes les han sumido en la crisis -en España la causa principal fue la largamente inflada burbuja inmobiliaria- y se aferran a las sayas (o a los pantalones de trabilla italiana o a los modelos de alta costura femenina) de quienes se están riendo de ellos y de todos. También son responsables de nuestras penurias. Cuánta educación y ética hacen falta en este país… y en muchos otros.

Los hogares naufragando

  Ah, por supuesto, Fortune no ha publicado el diseño de Chris Ware, dice que ha elegido a otro diseñador. Sospecho que no ha sido una sorpresa para Chris.

La vieja y la nueva portada de Fortune