Cómo será de inverosímil la trama de Acacias, 38, que hasta los propios personajes lo han comentado. Llegados a este punto los guionistas deben sentarse y reflexionar. Se han perdido. La anunciaron como una serie “dirigida a las mujeres” y sentí curiosidad por ver que nos brindaba TVE tan específicamente, así que la he seguido lo suficiente como para hacerme una idea. Ocupa la sobremesa, esa hora del café en el que el cuerpo se apega al sofá y podrías mirar hasta el vuelo de las moscas.
A estas alturas de la serie ya tengo claro que lo que TVE quería brindarnos –a las mujeres, insisto- era una historia absolutamente rocambolesca, que pusiera a prueba nuestra lógica. Las posibilidades reales de cuanto allí sucede serían de una entre cien mil millones. Si a los personajes les parece increíble que un señor que pierde la memoria en un pueblo vaya a recalar a la calle de la capital a la que ha escapado su esposa y que además también haya aparecido por allí la niña que tuvieron y que pasó por dos hospicios y un intento de asesinato, eso casi no es nada para el resto.
Porque de todas las opciones posibles, todas las ciudades y pueblos, todas las calles, y todos los números de calle, el bebé ha terminado adoptado por otra familia de la misma casa, de Acacias, 38. Siendo su madrina, la que ordenó matarla, Cayetana, para vengarse de la madre que, a la sazón, era la mujer de la que había enamorado su marido. Y no por casualidad, dado que él, médico, la había salvado de la muerte, circunstancia que ignoran todos.
Se inició como un folletín de los que hacían furor en la posguerra española, con una mujer, guapa y buena, y sobre todo desgraciadísima, por protagonista: Manuela. De ésas que han nacido para sufrir y llorar mucho. Y un “arriba y abajo” –dijeron- al estilo de Downton Abbey, una serie inglesa tan estupenda como suelen ser. Nada que ver con Acacias, claro, en España los «señores» decimonónicos tratan despiadadamente al servicio, sin un gramo ni de educación. Y carece de todo el sustrato histórico que sí tenía la otra. Igual quieren mostrar cómo han cambiado las cosas en nuestro país, a dios gracias, y que ahora los pobres disfrutan de un trato algo más humano por parte de quienes tienen el derecho natural del mando y los privilegios. Luego han vendido la serie a la televisión italiana de Berlusconi y algún país más y han ido introduciendo variaciones que amplíen su audiencia. Hasta una feminista tienen que invita a luchar por los derechos de la mujer. Cuenta con un porcentaje notable de share para esa hora.
A mí me admira la impunidad de la que gozaCayetana, una auténtica asesina en serie, mala como el diablo y sin la menor fisura. No solo para la justicia sino para sus allegados. Su marido, el médico, un santo varón enamorado de la atribulada protagonista, y varias personas más, saben a ciencia cierta que se pulió a otro médico y quiso cargarle el muerto a su esposo. Y que mandó matar al asesino chantajista. Y aun así va y la deja al cargo de su hija mientras él se va con su amente. Que también mandara a la tumba a la niña, a su hija, era lo más previsible y pasó. Y, hastsa con testigos, nada le ha ocurrido a Cayetana que prosigue dando rienda suelta a su furor criminal. Añadamos el robo y orden de asesinato de la cría de los otros y un incendio provocado en el que, a pesar de los graves daños causados, nadie ha reparado en que las víctimas –entre ellas por supuesto Manuela- tenían la puerta atrancada. Ni siquiera el hermano de la pobre protagonista que pasa por ser muy espabilado. Si vas a abrir y tienes que quitar el cierre has de pensar por pura lógica que no se ha colocado solo. Y las víctimas que si el fuego se inicia dentro de la cocina y no pueden salir eso no es casual. Igual contado así, las andanzas de la asesina en serie tienenmás gancho literario, pero es pura casualdiad. No es la intención directa, solo el resultado de ser malísima y odiar a Manuela.
Y, nada, hasta el marido ha olvidado esos pequeños detalles de la personalidad homicida de su mujer. Ayudada desde algunos capítulos por otra malvada del corte del ama de llaves de Rebeca.
Y es que German, el médico, es otro poema. Empezó inteligente, generoso, un tipo estupendo, pero se ha vuelto un pusilánime dubitativo que carga las culpas donde no debe. Un señor tan listo y no relaciona tampoco las mil pistas que le dio su a ratos amada Manuela. Es que además trató al desmemoriado, casi lo mata en los experimentos y ahora duda de que le haya engañado ¿Con qué objeto? Ay, guionistas, os estáis cargando a German. Y por si faltara poco, cada día lo repeináis más.
Realmente puede haber una aviesa intención en los guionistas que nos muestran a Cayetana –la mala redomada- como el PP que por más pifias que hace y más visibles, no le pasan factura. Pero todo tiene un límite y la impunidad absoluta no cuela. La de Cayetana, naturalmente. Las otras, ya sabemos. Por lo demás, nos hemos percatado sobradamente de que es hija de la muchacha más lista de todas, Fabiana, y que su cómplice sometida debe ser nada menos que su hermana.
Esto de los folletines lo he usado poco, pero me parece que tal nivel de incongruencia no es apto ni “para mujeres”. Porque hay muchas más.
Algunos actores son bastante aceptables, incluso buenos –como el que encarna a Justo, la que da vida a Fabiana-. A salvo de un cierto “tonillo” común en la interpretación, más acusado en el conservador Felipe.
Una duda me reconcome, sin embargo ¿Con esta serie y este post habré aprobado el curso de mujer como dios manda? Como la pobre Manuela, vamos, que a buen seguro verá dentro de dos o tres temporadas compensadas sus tribulaciones.
Acaba el tórrido verano. Hay que volver a empezar :)
paco
/ 28 agosto 2015Lo veo a saltos mientras dormito o leo. Pero hoy le he comentado a mi mujer que la niña de pañales deberia tener tres o cuatro años, por el tiempo transcurrido. No me cuadra nada. Rosa maría tienes razón como siemppre. o los guionistas se han vuelto locos, o los han cambiado sin haber visto el comienzo.
Mª José
/ 28 agosto 2015No entiendo como puede gustar más Acacias que Seis hermanas. Son como el día y la noche. No hay color, ni en los decorados, ni en las interpretaciones.
Jerónimo
/ 29 agosto 2015No puedo opinar,yo soy más de «Saber y ganar»,fiel hasta la muerte…:)
Pero creo que ,en general y por lo poco que he visto,este tipo de series ha decaído mucho,como casi todo en TV.
Saludos Rosa.
Carlos Mª Herrera (@CarlosMHerrera1)
/ 29 agosto 2015Lo siento, también somos fieles a «Saber y ganar». ¡Dios mío, cuando aciertan la palabra en el reto, en el último segundo pegamos un brinco y un grito!! jajajaja
Un abrazo
(Creo que también han cambiado los guionistas en «Amar es para siempre», tienen unos fallos gordos)
Trancos
/ 30 agosto 2015¡Jopelines! ¡Qué cosas ves! Me suena a Garci malfumado y víctima de insolación. Va para cuatro años que no veo TVE (ni la 1 ni la 2) y además a las horas a las que, intuyo, os referís, yo hago la siesta. Como Don Camilo (José Cela).
vavagate
/ 31 agosto 2015Por el amor de dios, Rosa, apaga esa tele que destruye el sentido común, no podemos permitirnos el lujo de perderte!
Andres
/ 7 septiembre 2015Rosa el comentario es perfecto, segun lo que estamos viendo hasta ahora de la serie, pero meter en el comentario al PP te ha sobrado, CREO.