O mucho han cambiado los mítines o éste de Ciudadanos en Madrd respondía más al “tranquilo” de su lema que al de “el cambio” que llena su escenario. Aunque alguna cosa ha habido.
Me apetecía verles y tener datos de mi propia apreciación y me he acercado al Teatro que ahora se llama Compac –dios mío- en la Gran Vía de Madrid. Lleno el patio de butacas, dos tercios el anfiteatro arriba. Han dado cifras de 700 asistentes. Personas de distintas edades y variada procedencia social, al menos en la parte de arriba donde me ubican por estar completa la parte de abajo.
Toma la palabra la candidata a la alcaldía, Begoña Villacís, a quién Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, conoció en las tertulias de la TDT Party: El gato al agua, etc… No es de ni izquierdas, ni de derechas, ni de centro, declara a Público. Habla con soltura y sin papeles en el que dice es su primer mitin. “Reconoce haber asistido con su tío a fiestas del Partido Comunista, aunque siempre haya votado a Ciudadanos, UPyD y, sí, también al PP, «aunque por herencia familiar«, cuenta también a Público. ¿“Siempre” a Ciudadanos? ¿Dónde?
La han recibido con aplausos y puestos en pie en las primeras filas de abajo. Se muestra muy ilusionada. Habla mucho de combatir la corrupción y dice “no sentirse representada por partidos de gente con apellidos y coche oficial”. Lo de los apellidos –del PP- parece preocuparle porque lo repite después. Dice que no se puede estar 20 años viviendo del Estado, lo que resulta curioso en un partido que aspira a gobernar lo público, pero adelgazando las administraciones, como todo neoliberal.
Del Madrid que quiere regenerar le preocupa, además de la corrupción, la suciedad de las aceras y del aire. Y los sueldos millonarios actuales. Cuenta que hay unas 500 personas en el Ayuntamiento con sueldos entre 200.000 euros y 60.000. No dice nada de la sanidad, ni de la educación. Le aplauden sosegadamente.
Envía un saludo grabado el economista Garicano. Saludo tal cual. Muy breve.
El candidato a la Comunidad, Ignacio Aguado, con tan sobrio estilista como el resto, tiene más tablas, sabe lo que tiene que decir, y le aplauden más. Habla de hacer política para las personas, de no llamar gasto a la inversión social (como adelantabamos en Reacciona), y de preservar el Estado del Bienestar y hasta de no privatizar. Asombroso en un partido neoliberal de raíz. Igual, como la candidata dimitida en Mataró, no se ha leído el programa.
Me quedo con ganas de saber cómo. con todo lo que dicen, con su oposición frontal a la corrupción que manifiestan, justificarán sus avales a partidos como el PP que los necesita. Ante eso explican que se basarán en su programa. Vamos que el “pactado” hará el programa de Ciudadanos 🙂
Una joven a mi lado, no solo aplaude, corea monosílabos finales como hemos visto en las pelis se hace en Los United con los telepredicadores. La tónica, como digo, es sosegada, y hay gente que claramente ha ido a ver y no aplaude, los menos.
Cuando sale Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos (los partidos de derechas tienen presidentes y los de izquierdas secretarios generales) la devoción crece. Pero el chico es realmente mesurado, por decirlo de alguna manera. “Si estáis contentos con lo que el PP o el PSOE, votadles”, dice, pero su partido «ha venido para devolver las ciudades y comunidades a los ciudadanos«… “como hemos hecho en Andalucía”, concluye entre aplausos. Y me quedo perpleja.
Nada más empezar su intervención, en el anfiteatro, arriba, sacan varios carteles de Vox. Gentes muy fornidas realmente que no dejan ver. Rivera no se inmuta. El auditorio se enfada y la chica a mi lado dice: “Parece mentira siendo de Vox”. Ay.
Como el asunto de bajar los carteles se solventa con cierta energía, decido irme. Me he hecho una idea. Hay gente defenestrada o huída de UPyD en la sala. Puede que varios de estos Ciudadanos desemboquen con éxito en otros partidos tras el rodaje. Vengo a confirmar mi impresión de que no tienen entidad como grupo, pero en esta España nuestra todo es posible, hasta que lleguen al gobierno. Por 4 años, no lo olvidemos.
¿Serán una burbuja demoscópica? Los pactos les pueden pasar factura de aquí a las generales. Si es que hay pactos para entonces.
La campaña electoral está siendo más estomagante que de costumbre, hoy he querido ver con mis propios ojos ese partido al que anuncian como decisivo -ya veremos-. Ha sido como tomarme una infusión. De tila.