Mis votos para los OSCAR

large_slumdog_millionaire1_

 Aunque no podemos votar a los Oscar, como tampoco podemos elegir al Presidente de EEUU -algo que sí deberíamos hacer por cuanto nos influye-, me aventuro a lanzar mi elección.

 

Mi película favorita para los Oscars es «Slumdog millonaire». Sin ninguna duda. Ha sido también una de las que más me ha impactado últimamente. Me fascinó el amargo -como el devenir de muchos desgraciados- cuento de hadas. Un ingenioso guión sobre las enseñanzas de la vida, en el que uno no sabe si es más demoledor rebozarse de mierda, estar a punto de perder los ojos, o ver ultrajado el amor de tu vida a manos de quien confiabas. La lucha tenaz por un objetivo. El triunfo de la Justicia, cuando uno se empecina en buscarla. Un cuento de hadas, ya digo. Pero del mundo en el que vivimos.

 El duelo entre Nixon y Frost también mantiene el interés. Lo que se debe y no se debe hacer en periodismo. El triunfo -relativo- de la Justicia una vez más. Porque Nixon no pagó sus delitos más que con su alejamiento de la Casa Blanca.

«El curioso caso de Benjamin Button» me pareció un ejercicio de preciosismo no absolutamente conseguido. Magnífico Brad Pitt que busca Oscar. Dicen que tienen más probabilidades Sean Penn o el odioso Mickey Rourke, pero no he visto aún sus películas. Y comprendo que «Australia» apenas haya conseguido nominaciones, en su intento -fallido- de emular Memorias de África. Todo en ella rechina.

Y Penélope Cruz. En ese punto soy políticamente incorrecta. El lunes, con gran probabilidad, esté en la gloria y España se volcará aún más con ella. Y yo lo entenderé aún menos. Me asombra que una mujer diminuta, con un par de atractivos -que resalta una notable fotogenia- en un conjunto poco consistente, apenas cultivada intelectualmente y mediocre actriz, pueda recibir tantos parabienes. Volveremos a escuchar lo de «la Sofia Loren española». Muestra descafeinada de todas las cualidades que hacen merecedor de un Oscar. Al menos, que huyan de la comparación. Polo opuesto es Javier Bardem, quien da toda su dimensión a la profesión de actor, al transfigurarse en cada personaje. Lo que sí admito a Penélope es que sabe trabajarse las relaciones públicas.

Por lo demás, algunos de mis imprescindible favoritos nunca ganaron un Oscar. Alfred Hitchcock, por ejemplo.  Orson Welles. Ciudadano Kane, solo obtuvo premio al guión. O Blake Edwards como director.

Greta Garbo, diosa incuestionable, Marlene Dietrich, tierna mujer fatal, Barbara Stanwyck o la efectividad, Kathelen Turner, sensualidad, picardía e inteligencia, jamás obtuvieron la estatuilla deseada. Ni Ava Gadner, Rita Hayworth, Lauren Bacall o Deborah Kerr, eternamente nominada.

Ni el atormentado Montgomery Cliff, ni Cari Grant, ni Peter O´toole o Richard Burton de sólido sabor británico, ni Harrison Ford, dentro o fuera de la piel de Indiana Jones, ni Robert Redford (como actor, sí como director), ni Steve Macqueen tempranamente muerto, pero inolvidable en sus poderosas interpretaciones.

La música que identifica al cine, la de «Lo que el viento se llevó», tampoco tuvo estatuilla. Igual que otra gran melodía del cine:  «Cantando bajo la lluvia», con un Gene Kelly que invita a volar de felicidad ayer, hoy y siempre. No obtuvo el oscar -aunque fue nominada-, ni tampoco la película a la que pertenecía. Era el año 53 y se lo dieron a «De aquí a la eternidad» de Fred Zinnerman. «Jhonny Guitar», «los sonidos del silencio» de «El graduado» o «Everybody´s talkin» de «Cowboy de Medianoche» son otras grandes canciones postergadas.

La academia quiso enmendar errores y premiar con un oscar honorífico a muchas víctimas de un imperdonable olvido. Marlene Dietrich los bautizó como el oscar de la muerte. «Te lo dan cuando tienes ya un pie en la tumba», dijo al recibirlo. Tal es así que Bob Hope -que vivió 100 años- lo recibió cinco veces, hasta que desapareció definitivamente. Peinando canas y desajustes físicos, por el podio del reconocimiento tardío han pasado varios de ellos, que no todos: Welles, Kirk Douglas, Cary Grant, Greta Garbo o Barbara Stanwick.

Premios, oropeles, reconocimiento… y dinero. A veces, solo a veces, el tiempo pone las cosas en su lugar.

Actualización 00,30

Acabo de ver «Milk» con Sean Penn. Mantengo mi preferencia por «Slumdog Millionare». Pero ya con ciertas dudas. Un hombre que quiere «cambiar el mundo», y que algo logra. Y un actor excepcional, Sean Penn. Difícil la elección del Oscar al mejor actor.