La ejecución de Grecia: no es economía, es política

Esta ocurriendo ante nuestros ojos y no parece dársele la atención que merece: el ultracapitalismo que defiende ahora mismo la UE está ejecutando a Grecia y a los griegos para dar un escarmiento ejemplar a España e Italia por si pretenden escapar del yugo de la austeridad, sus beneficiarios y víctimas.  No es una cuestión económica, es política. Y se lleva a cabo en nuestros nombre.

Un nuevo y extraordinario trabajo de Íñigo Sáenz de Ugarte, Guerra Eterna, subdirector de eldiario.es, aporta numerosas claves: Es una Operación de castigo:

Un boligrafo con muy clara intencionalidad tacha las propuestas griegas

Un boligrafo con muy clara intencionalidad tacha las propuestas griegas

Los negociadores han rechazado punto por punto las propuestas del gobierno de Tsipras. En esta línea:

“Las instituciones [antes llamadas troika] han presentado una nueva propuesta que transfiere la carga [de la austeridad] sobre los asalariados y jubilados de una forma socialmente injusta, mientras al mismo tiempo evita aumentar la carga sobre los que más tienen”, dijo el comunicado de respuesta del Gobierno griego.

Y así es como demuestran los hechos y detalla Guerra Eterna:

Lo que vemos en esos cinco folios tachados es un rechazo completo de las propuestas de Tsipras. El Gobierno estaba dispuesto a obtener 7.900 millones de euros en dos años, pero en más de un 90% la diferencia procedía de aumento de ingresos vía impuestos. Pero el FMI exige dar la vuelta al cálculo. Quiere que los ingresos extra procedan en un 80% del recorte de gasto, y sólo el resto del aumento de impuestos. La negociación continúa en la noche del miércoles y continuará en la mañana del jueves.

Los folios tachados por la troika exigen que el “complemento de solidaridad” que reciben los jubilados más pobres queden eliminados a final de 2017. Tsipras proponía empezar a recortarlos a partir de 2018 y acabar con ellos en 2020. Y eso que Olivier Blanchard, del FMI, dijo hace unos días que los planes del Fondo suponían recortar el gasto en pensiones pero sin tocar a los pensionistas más pobres.

Lo que la troika propone es endurecer la austeridad para obtener a cambio los fondos que permitan a Grecia seguir pagando los intereses de una deuda insostenible.

Tras aportar muchos más datos y argumentos (recordemos que la quiebra de Grecia se produjo con el gobierno conservador de Nueva Democracia y tras el maquillaje -falseo- de cuentas de la Goldman Sachs de Dragui), Sáenz de Ugarte concluye con esta clave:

Al final, el problema de Grecia continúan siendo el mismo que había el primer día. No era el único país en una situación financiera desesperada por los problemas estructurales creados por la moneda única, además obviamente por sus propios errores. Otros países se encontraban en una situación similar y tenían el tamaño perfecto, es decir, no demasiado grande, como para gastar dinero en ellos para que siguieran pagando sus deudas. Sólo había dos que podían caer en la misma situación, pero que eran demasiado grandes como para ser digeridos, España e Italia. El principio (moral e ideológico, no económico) de que las deudas hay que pagarlas, aunque supongan una carga insostenible, obligaba a sostener a Grecia moribunda en la UVI, pero sin aplicar la cirugía habitual en la deuda en estos casos, la que el FMI siempre ha aplicado en Asia, África y Latinoamérica, para impedir que España o Italia abandonaran sus habitaciones de planta.

Una reestructuración de la deuda griega sería ahora un ejemplo terrible para cualquier otro país europeo, para sus habitantes, porque se da la molesta circunstancia de que esos estados son democracias en las que los ciudadanos pueden exigir en las urnas soluciones diferentes a las impuestas desde Bruselas.

Múltiples datos cruzan hoy España. El brutal ataque del PP a la educación con la elevación de tasas que contabiliza ya 86.000 alumnos menos en solo tres años. Un gobierno volcado en privatizar la sanidad pública a base de entregarle millones. ¿Todavías hay algún incauto que crea que las empresas de sanidad privada son ONGs y que su fin prioritario no es la búsqueda de beneficio económico y que de algun lado sale? Perfectamente admisible como opción, mientras no lo subvencionemos y quitándolo de la pública.

Y por si faltara un detalle en la ecuación, Linde, el gobernador del Banco de España, avisa otra vez que el tajo a las pensiones es un hecho, que se acabó  revertir en los ancianos dinero que puede mplearse en otra cosa más lucrativa para algunos. Al ultracapitalismo le gusta mucho ese bocado. Ahorre Vd para la vejez con 1.200 euros brutos de sueldo -es el salario mayoritario en España- o estando en el paro.

Los correligionarios del PP y el PSOE (Nueva Democracia y PASOK), causantes de la bancarrota, tragaron. Syriza sigue batallando contra una pétrea ideología que no ha hecho otra cosa que aumentar las desigualdades. España en cabeza con su liderazgo en el incremento de multimillonarios que son para quienes trabajan.

Con malnacidos varios que se apuntan a defenderlos y masacrar a los griegos solo porque gobierna Syriza y por mantender su plato de lentejas, es nuestra sociedad la que también está en el tablero. ¿Les han explicado a los partidarios del «hay que pagar lo que se debe y como los señores gusten mandar» que Rajoy nos ha metido en un billón de euros de Deuda Pública tras un aumento histórico y nada casual? Que vayan ahorrando.

«¿Promesas que no se pueden cumplir?»¿por qué no habla esta paniaguada mediática, una más de las que trabajan por el sistema viciado, del bolígrafo de la UE y Lagarde?

De cualquier forma, la ética que se definió precisamente en Grecia, no permite a ningún demócrata alentar este atropello evidente que se está perpetrando con grecia. Los datos hablan. Las trampas también. No es economía, es política. Contra los ciudadanos.

Por cierto, Rajoy y De Guindos, con su largo historial en la materia, también están con la pala, aguardando la muerte de una Grecia que quiso luchar por sus ciudadanos y que aún respira.

grecia.merkel.lagarde

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14 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con el análisis sobre la tortura griega. Todavía hay muchos, en España, que piensan que los griegos son unos aprovechados, que quieren quedarse con dineros que se les con cedió benévolamente para ayudarles a salir de una crisis que ellos, como tampoco los españoles, causaron. Pero, es verdad (!) los «pigs» somos unos manirrotos, unas cigarras desafinadas que gastamos lo que no tenemos. Menos mal que están los guardianes de los ultraconservadores para meternos en vereda. Tenemos el ejemplo de nuestro Sr. Presidente del Gobierno, el taimado y plasmático Sr. Rajoy (¿hoy todavía se puede decir lo que uno piensa?) mano que mece la cuna donde yacerá el cadáver de esta España metáfora de Grecia. Todo ese frente mediático al servicio de los verdugos, todos esos ciudadanos bienpensantes, adormecidos en la ignorancia secular de este país, pronto verán el auténtico drama de nuestro futuro. O tienes dinero para pagar tus necesidades básicas, o Papá Estado, al servicio de un capitalismo salvaje e inhumano, te dejará morir sin estremecerse. Eso sí, enterrar tus restos le costará una pasta a quien todavía quiera algo de dignidad para tí; si no, a la fosa común.

  2. Reblogueó esto en De la victimización al "blaming the victim" en el mundo capitalista actualy comentado:
    Desde luego, la ejecución de Grecia no se hace en mi nombre. Pero, desde un planteamiento humanista y de izquierda razonable no puedo evitar hacerme y compartir las siguientes reflexiones… ¿Qué hacer? Si el pensamiento único se ha colado en todos los rincones; si lo que importa es el presunto saneamiento de las cuentas, recordado recientemente por nuestro Gobernador del Banco de España, que ha justificado los recortes a las pensiones de nuestros mayores con el único apoyo del Partido Popular; si la máxima «no te endeudarás» ha merecido por los economistas ortodoxos, los que detentan la hegemonía cultural del discurso público la calificación de «regla de oro», expresión tradicionalmente reservada en Filosofía moral y jurídica para aquellas máximas de conducta indicativas de la máxima razón universal, desde el «no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti», y que encontramos en casi todas las grandes tradiciones religiosas, desde Buda a Jesús de Nazaret, regla de oro que fue incorporada al racionalismo occidental por Kant como imperativo, indicador de una regla universal de conducta; si el lenguaje políticamente correcto ha calado en el discurso de casi todos los partidos del espectro político, desde el Partido Popular a Podemos; si la izquierda española que podría contribuir a un cambio social real está enfangada en debates estériles al más puro estilo de lo que yo denomino «izquierda folkórica», y que no es sino la versión de la «izquierda» de la vieja discusión teológica sobre el sexo de los ángeles: que si se discute sobre la «fórmulas jurídicas» para poner la bandera arcoiris el día del Orgullo, que si te acuso a ti más por tus inolterables tuits, pero que, a mi modesto juicio, no son o no deberían ser delictivos, que si independencia de Cataluña, que si monarquía o república. Mientras, el capitalismo y los poderes financieros campan a sus anchas y siguen haciendo estragos que afectan a la inmensa mayoría de la población del Planeta, reducida en gran parte a niveles de vida infrahumanos, por lo que se refiere a umbral de la pobreza y a calidad ambiental de vida mínimas. El gemido de nuestra hermana Tierra se une al clamor de los más desvarecidos del Planeta, como ha declarado recientemente el papa Francisco en su reciente y valiente carta encíclica «Laudato Sí». Mientras, en esta parte de la periferia de Occidente llamada España, la Derecha de siempre sigue apretando con sus consignas austericidas y ya tiene prevista, por partida doble, sancionadora administrativa y penal, la fecha del castigo de la disidencia política: el próximo 1 de julio. Por su lado, la «nueva izquierda», más folklórica que real, que ha conseguido cierto poder municipal y autonómico, en lugar de concentrar sus esfuerzos en un apoyo real y posible de políticas públicas y servicios sociales en beneficio de los más desfavorecidos, se dedica, con un comportamiento pendular que oscila de manera esquizofrénica entre el puritanismo y la vanidad, a injuriar sin estilo alguno a la Derecha, dándole argumentos no sólo para cargarse los derechos sociales, sino también los derechos llamados por la tradición marxista más respetable como derechos «burgueses», «formales» o «derechos de primera generación», algo cuya amenaza sería denunciada incluso hoy por cualquier liberal honrado de una democracia occidental, incluidos miembros del GOP en los Estados Unidos de América.

    No, Sra. Rosa María Artal. Grecia no perece en mi nombre. Por mi parte, le perdono los simbólicos 1.500 euros que se supone que los griegos -más bien su Gobierno- nos deben a cada uno de los españoles: ¡faltaría más! Somos españoles y conocedores de nuestra historia, antigua y reciente; de nuestra picaresca y de nuestras «burbujas». Así que, por mucho que se empeñe el Sr. Ministro De Guindos, no estamos para dar lecciones a nadie, y menos para aplaudir la actuación de nuestro Gobierno servil. Un Gobierno que no ha hecho nada por la más que dudosa legalidad europea de nuestra legislación hipotecaria. Que sigue permitiendo la usura legalizada en este país. Que continúa justificando rescates al sistema financiero sin exigirle ninguna responsabilidad ni rendición de cuentas. Desde luego, la «ejecución de Grecia» no se realiza en mi nombre. Yo he hecho, por mi parte, todo lo humanamente posible para evitarlo, desde mi nimia posición, mi ser y mis cirunstancias, como diría Ortega. Y la «autoejecución» de España tampoco. Cualquier ciudadano de buena voluntad, venga de donde venga, tiene mi apoyo para realizar, desde el nivel que corresponda, un cambio posible y radical, en el sentido etimológico de la palabra, en la dirección que siempre ha aglutinado tanto a las izquierdas como a la tradición democristiana y, si me apuran, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: la devolución del poder al pueblo, y la distribución equitativa de los recursos naturales y de la riqueza entre todas las personas que poblamos el Planeta.

    Por Pablo Guérez, PhD
    Doctor en Derecho, Especialista en Derecho Penal y ensayista.
    Acreditado a plazas de profesorado permanente por la ACAP
    Ex Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y del Colegio Universitario «Cardenal Cisneros», asi como de diversos centros de la UNED
    Colegiado ICAM 97.901

  3. Desde luego, la ejecución de Grecia no se hace en mi nombre. Pero, desde un planteamiento humanista y de izquierda razonable no puedo evitar hacerme y compartir las siguientes reflexiones… ¿Qué hacer? Si el pensamiento único se ha colado en todos los rincones; si lo que importa es el presunto saneamiento de las cuentas, recordado recientemente por nuestro Gobernador del Banco de España, que ha justificado los recortes a las pensiones de nuestros mayores con el único apoyo del Partido Popular; si la máxima «no te endeudarás» ha merecido por los economistas ortodoxos, los que detentan la hegemonía cultural del discurso público la calificación de «regla de oro», expresión tradicionalmente reservada en Filosofía moral y jurídica para aquellas máximas de conducta indicativas de la máxima razón universal, desde el «no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti», y que encontramos en casi todas las grandes tradiciones religiosas, desde Buda a Jesús de Nazaret, regla de oro que fue incorporada al racionalismo occidental por Kant como imperativo, indicador de una regla universal de conducta; si el lenguaje políticamente correcto ha calado en el discurso de casi todos los partidos del espectro político, desde el Partido Popular a Podemos; si la izquierda española que podría contribuir a un cambio social real está enfangada en debates estériles al más puro estilo de lo que yo denomino «izquierda folkórica», y que no es sino la versión de la «izquierda» de la vieja discusión teológica sobre el sexo de los ángeles: que si se discute sobre la «fórmulas jurídicas» para poner la bandera arcoiris el día del Orgullo, que si te acuso a ti más por tus inolterables tuits, pero que, a mi modesto juicio, no son o no deberían ser delictivos, que si independencia de Cataluña, que si monarquía o república. Mientras, el capitalismo y los poderes financieros campan a sus anchas y siguen haciendo estragos que afectan a la inmensa mayoría de la población del Planeta, reducida en gran parte a niveles de vida infrahumanos, por lo que se refiere a umbral de la pobreza y a calidad ambiental de vida mínimas. El gemido de nuestra hermana Tierra se une al clamor de los más desvarecidos del Planeta, como ha declarado recientemente el papa Francisco en su reciente y valiente carta encíclica «Laudato Sí». Mientras, en esta parte de la periferia de Occidente llamada España, la Derecha de siempre sigue apretando con sus consignas austericidas y ya tiene prevista, por partida doble, sancionadora administrativa y penal, la fecha del castigo de la disidencia política: el próximo 1 de julio. Por su lado, la «nueva izquierda», más folklórica que real, que ha conseguido cierto poder municipal y autonómico, en lugar de concentrar sus esfuerzos en un apoyo real y posible de políticas públicas y servicios sociales en beneficio de los más desfavorecidos, se dedica, con un comportamiento pendular que oscila de manera esquizofrénica entre el puritanismo y la vanidad, a injuriar sin estilo alguno a la Derecha, dándole argumentos no sólo para cargarse los derechos sociales, sino también los derechos llamados por la tradición marxista más respetable como derechos «burgueses», «formales» o «derechos de primera generación», algo cuya amenaza sería denunciada incluso hoy por cualquier liberal honrado de una democracia occidental, incluidos miembros del GOP en los Estados Unidos de América.

    No, Sra. Rosa María Artal. Grecia no perece en mi nombre. Por mi parte, le perdono los simbólicos 1.500 euros que se supone que los griegos -más bien su Gobierno- nos deben a cada uno de los españoles: ¡faltaría más! Somos españoles y conocedores de nuestra historia, antigua y reciente; de nuestra picaresca y de nuestras «burbujas». Así que, por mucho que se empeñe el Sr. Ministro De Guindos, no estamos para dar lecciones a nadie, y menos para aplaudir la actuación de nuestro Gobierno servil. Un Gobierno que no ha hecho nada por la más que dudosa legalidad europea de nuestra legislación hipotecaria. Que sigue permitiendo la usura legalizada en este país. Que continúa justificando rescates al sistema financiero sin exigirle ninguna responsabilidad ni rendición de cuentas. Desde luego, la «ejecución de Grecia» no se realiza en mi nombre. Yo he hecho, por mi parte, todo lo humanamente posible para evitarlo, desde mi nimia posición, mi ser y mis cirunstancias, como diría Ortega. Y la «autoejecución» de España tampoco. Cualquier ciudadano de buena voluntad, venga de donde venga, tiene mi apoyo para realizar, desde el nivel que corresponda, un cambio posible y radical, en el sentido etimológico de la palabra, en la dirección que siempre ha aglutinado tanto a las izquierdas como a la tradición democristiana y, si me apuran, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: la devolución del poder al pueblo, y la distribución equitativa de los recursos naturales y de la riqueza entre todas las personas que poblamos el Planeta.

    Por Pablo Guérez, PhD
    Doctor en Derecho, Especialista en Derecho Penal y ensayista.
    Acreditado a plazas de profesorado permanente por la ACAP
    Ex Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y del Colegio Universitario «Cardenal Cisneros», asi como de diversos centros de la UNED
    Colegiado ICAM 97.901

  4. Reblogueó esto en El Día a Diarioy comentado:
    El ultracapitalismo no dejará de torturar a Grecia hasta que el Partenón se haya convertido en una hamburguesería y en el Banquete de Platón se haya sustituido el vino por refresco de cola.
    No es economía, es humillación.
    Y después de la Dignidad de los griegos viene la nuestra, y nosotros la vendemos mucho más barata, dónde va a parar.

  5. «Del basurero financiero que originó la crisis-estafa se hicieron ministros económicos a sus reponsables locales. #GuardianesDestripaPaises»
    Ha sido el primer tuit que he colgado esta mañana. (En la imaginación todo un señor ministro de España -más papista que el Papa-, ladrando y servil a los intereses de sus amos).

    Leí el artículo tan impecable como demoledor de @Guerraeterna nada más publicarlo.

    No tengo ninguna duda de que del mismo modo que no pueden permitir (y ya se emplean a fondo para poner palos en las ruedas y hacerlos fracasar) que el ejemplo de algunos países de América Latina -que han conseguido safarse de las garras del F.M.I. y resurgir-, tampoco van a permitir a Grecia la fórmula que le permitiría salir del atolladero en el que la metieron de la única forma sensata, ética y posible hacerlo. La razón de la tachadura a boligrafo rojo última es que si aceptan las condiciones de Syriza, los siguientes (Italia, Portugal, España) podrían exigir idéntica fórmula para saldar la deuda odiosa. Quedaría al descubierto el mecanismo tramposo que disfraza de fundamentos económicos inexorables lo que no es más que pura ideología Neocón.

    Ejecutando a Grecia pretenden dar un aviso para navegantes. De ahí que la caverna mediática -una escuadra en perfecta formación, diría yo- da una visión de las negociaciones y del asunto desde la hora primera buscando el descalabro y hundimiento de toda posible salida. Babean como perros rabiosos advirtiendo a Podemos con ese nauseaúndo mantra de: «ya podeis prometer lo que querais que ya nos encargamos de que os lo tragueis porque no podreis cumplirlo».

    En efecto, cargar el costo de la deuda sobre la gente de a pie, castigando hasta lo indecible su condiciones de vida, exigiendo a cambio la retirada de los impuestos a las clases altas no es Economía. Es Política. Es, pura y llanamente IDEOLOGIA.

    Chapó, Rosa.

  6. Trancos

     /  26 junio 2015

    No es política. Es mala hostia.

  7. Trancos

     /  26 junio 2015

    Son ganas de joder. De tocar los cojones. De vencer y humillar y demostrar «quién manda aquí» (y allí, y más allá…. y en el mundo mundial)

  8. En mi nombre, no tengo nada que perdonarle a Grecia. Incluso puede ocurrir que si echamos cuentas tenga que pedirle a los griegos que me perdonen algo. La izquierda, la más verdadera y con menos etiquetas, en definitiva y desde siempre ha luchado por ideas que luego, con el tiempo, con demasiado tiempo y sufrimiento, las asumen hasta las banderas más conservadoras. No hace falta ser muy listo para saber qué no debo hacer con los demás que no quiera que hagan conmigo, y esto ya de por sí es bastante egoísta. Pero, recordando el siempre vigente poema de Martin Niemöller adjudicado a B. Brecht «Ahora vienen por mí…», y aunque más no sea por ir abriendo el paraguas tengo claro de qué lado estoy, y no es precisamente del de los verdugos, que intentarán cortarme el cuello. #YoVoyConGrecia
    Hoy los que de verdad mueven los hilos de Europa, el Eurogrupo, se ha quitado el antifaz y empieza a mostrar su verdadera cara, secundados por el FMI de Christine Lagarde (cada vez más rica, curiosamente) y por el BCE de Mario Draghi (el mismo de Goldman Sachs, deudor de Grecia).
    Gracias Grecia por tu cultura milenaria que no hemos sabido aprender, pero muy especialmente ¡gracias Grecia por estar luchando también por mi propia dignidad y la de los míos!

    Un abrazo

  9. Estimado Carlos Mª Herrera. Gracias por tu comentario, lo acabo de leer y me ha emocionado. Lo suscribo íntegramente. Por mi parte, sólo diré que soy una persona común, no interesante para los que mandan en el gran casino en el que se ha convertido la economía financiera y del que depende también el mercado laboral; una persona de izquierdas y cristiana que entiende que ambas cosas son compatibles con el auténtico mensaje evangélico, y, por ello y por muchas más cosas, completamente «descartable» de acuerdo con la feliz y terrible expresión acuñada por el papa Francisco para definir nuestro modelo de sociedad global: cultura del descarte.

    En tiempos fui un respetado conato de profesor al que echaron indecorosamente después de seis años y medio de contrato laboral y cuatro año de prestigiosa beca de formación de profesorado universitario. Por pecados de juventud -el mayor, el creerme el engaño de que fui objeto, la promesa de un contrato indefinido en la Universidad-, y como muchos españoles, acumulo una deuda de cuatro cifras con entidades financieras y de crédito con una reputación intachable, deuda que crece a un interés de entre el 20 y el 28% TAE. Al menos, se trata de deuda privada y no he tenido que cogerla de las arcas de los poderes públicos, para luego criticar a los que se endeudan. Toda esta situación de Grecia y la reacción de nuestros representantes políticos que han gestionado la cosa pública desde que comenzó la «crisis» me resulta sencillamente repugnante. Para empezar, tengo un sentimiento de amarga indiferencia hacia todos aquellos que se declaran católicos de irreprochable conducta y que han contribuido a enfagar más nuestro país, habiendo despilfarrado nuestro dinero -no el suyo-, y ahora dan lecciones a los griegos de austeridad, gobernabilidad y demás tecnicismos político-criminalmente correctos. De nuestros trasparentes rescates a la banca prefiero no hablar. Habrás adivinado que no soy precisamente nadie importante, que pueda contribuir a aliviar la penuria del pueblo griego, más que con mis oraciones. Mas aun siendo insolvente, estoy más cerca del pueblo griego de lo que pude estar jamás. Más cerca de cuando me enamoré de ellos y de su cultura cuando leía a sus filósofos y a sus escritores en un Bachillerato de primera durante el estudio de aquellas asignaturas que el ministro saliente de maleducación, el señor Wert, considera, con razón, inútiles. Inútiles para ser «emprendedor» y no persona, que es el único objetivo que le preocupó a su Administración. ¡Cómo no voy a perdonar, si es que tengo algo que perdonarles, yo, a los griegos! Me pasa un poco como a ti. Como cristiano, no puedo dejar de recordar en estos momentos la parábola de los diez mil talentos, en Mateo 18. De aquel rey compasivo que le perdonó toda su deuda a su siervo, y éste, no contento de semejante merced, al encontrarse con un compañero que le debía a su vez cien talentos, se los intentó exigir. El rey se enteró y mandó que fuera encerrado en la cárcel hasta que pagase el último céntimo de su deuda. Así reacciona al mundo con la letra de una ley sin alma y con consignas de justicia conmutativa al estilo de «las deudas hay que pagarlas», y que ignora la dimensión infinita de la Misericordia. Una Misericordia que es tan difícil de encontrar en los hombres que sólo puede tener un origen divino. Y cuya fuente, en Quien los cristianos creemos y que se hizo hombre precisamente para pagar una deuda que no era Suya, sino nuestra, nos manda ejercer con nuestro prójimo. Hoy, 28 de junio, la Iglesia Católica celebra la memoria de San Ireneo de Lyon, uno de los Padres de la Iglesia. San Ireneo nos recuerda cómo hemos sido rescatados, recordando a su vez a San Pablo, a un gran precio: precisamente con la Sangre de Aquél por quien «todo fue hecho», según reza el Credo de Niceo-Costantinopla. No, si acaso les debo yo a los griegos. Por ello, en cuanto tenga algo en mi cuenta, antes de que los acreedores usureros ilegales legalizados se ciernan contra mí, haré una pequeña transferencia a la cuenta soldaria que a tal efecto ha abierto el Banco Central Griego, antes de que sea expulsado del SEBC por «heterodoxo» y anatema. Aun ahora, si pudiera echarlo en una hucha, echaría siquiera 10 euros, que para mí significa dinero, para contribuir a salvar la dignidad del Gobierno Griego.

  10. Estimado Pablo Guérez: me perdonarás que no responda a tu sentido y comprometido comentario, con el que hay cosas que comparto y cosas que no, como es lógico. Y no por falta de ganas, sino porque entiendo que este no sería el sitio adecuado para ello. Pero sí que te agradezco tu sinceridad; y desde una situación personal que por momentos ha sido casi idéntica a la tuya (como la de tantas y tantos, lamentablemente), quiero decirte que si algo me ha emocionado de tu manifestación es esa tremenda solidaridad tan grande, de compartir lo que casi no se tiene. Hace apenas unos pocos minutos he colgado un tuit dirigido a Alexis Tsipras preguntándole cómo puedo ofrecer mi solidaridad, pensando justamente en ingresar en una cuenta, pues eso, también mis 10, 20 euritos. Fíjate con qué poco podemos comenzar a construir otra Europa.
    Aprovecho la oportunidad que me das y que nos da Rosamaría para invitar a tod@s quienes participamos de este espacio de riqueza y pensamiento, a sumarnos en este apoyo sin contraprestación (ya la cultura transmitida vale muchísimo más) para apoyar a Grecia en este momento crucial de nuestra propia historia. ¡Gracias Grecia por estar luchando también por mi dignidad y la de los míos!
    Gracias, Pablo.

    Un abrazo, como siempre

  11. Gracias, Carlos, por tus palabras. A quienes sólo nos queda la palabra, como dijo un escritor que ahora no recuerdo -por cierto, la raíz etimológica de nuestro vocablo «palabra» o «verbo» también es griega, λέξη-, nos parece inútil donar 5, 10 o 20 euros: Pero… ¿Y si se pidiera un euro, sólo uno, a todos los ciudadanos de la Unión Europea, o a todos los ciudadanos de países desarrollados? Estoy seguro que muchos no accederían por principios, por neoliberales de pacotilla que, eso sí, bien que piden rescates cuando las cosas les van mal dadas. Por mi parte, tendré que esperar a tener «algo» de cierta cantidad -siquiera para poder donar 50 o 100-, cosa que no sé cuándo sucederá, o pasarme por la Embajada griega -las ventajas que tiene vivir en la capital- y decirles, como en la parábola de la vieja: «Mirad: por ser mediterráneo y tener una formación excelente y una preparación magnífica, dicho por quienes me han evaluado, mas por no comulgar con el credo del capitalismo ultraliberal, estoy en el paro, tengo afectada mi salud, tengo problemas familiares y todo lo que se os pueda imaginar: pero os dejo el billete más humilde de todos, en el que todavía pone ευρώ». Antes de que lo quiten. Y andad, griegos, con la cabeza bien alta; pobres, desarrapados, descartados, acorralados por una Europa-mercado que no tiene un ápice de legitimidad moral: siempre podréis volver a vuestros huertos, salvo que os los queme la Troika, como muy probablemente nosotros tengamos que volver a los nuestros y a trabajar de camareros y albañiles, ya que a la mayoría de la gente le encanta el discurso Rajoy de volver a antes de la crisis (para que todo siga igual, que es lo que no se dice, y lleguemos a otra crisis cíclica). Sois el teatro de una de vuestras mejores tragedias, en el mejor sentido de la palabra, y, como diría Nietszche, tan deudor de vuestro pensamiento, cantad a Dionisio y a la vida y reíos de ella, pues es una de las mejores formas de tomarla en serio, y más en estos tiempos en los que aquí discutimos lo que se puede y lo que no se puede decir; y hacedlo, como en una tragedia sublime, aun sabiendo que vais a morir. Y en cuanto al euro, podéis caminar bien erguidos, griegos, porque vuestros dracmas son mucho más nobles y antiguos que cualquier moneda europea, incluidas las que nos quitaron -porque nos las quitaron-, no las cambiamos libremente los ciudadanos.

    Fdo.: Dr. Pablo Guérez Tricarico, PhD
    Ciudadano

  12. Sí, Pablo, sí Rosamaría, sí todos y todas vosotras y vosotros que en este espacio de auténtica riqueza aportáis vuestras ideas, vuestros deseos, vuestros corazones para luchar por esos valores que ya parecía que se nos escapaban de las manos. Las cosas más esenciales que son las que verdaderamente hacen al ser humano/a feliz.
    No puedo añadir mucho más porque creo que está casi todo dicho. Quien quiera abrir su mente y su corazón para ser feliz, aún en la tremenda y sibilina lucha que nos implica, ya sabe de qué lado está el presente y el desarrollo del porvenir. Para nosotros/as, pero muy especialmente para lo que dejamos a las generaciones venideras.

    Aprovecho este diálogo improvisado con Pablo Guérez, a quien no conozco personalmente pero con quien nos hemos permitido charlar sin tapujos ni falsos pudores, (y desde luego que agradezco la oportunidad), para enlazar con el artículo de hoy de Rosamaría «La Libertad es algo que un día te llega…» y que nos comparte en su blog que seguimos. No tengo casi palabras para definir lo que siento y lo que pienso. Simplemente me ha colmado, con esas ideas tan claras que a la vez expresan unos sentimientos tan «humanos»; de esta especie que tiene la responsabilidad de sobrevivir más allá de sus propias narices. Tomemos nota, ya que además de lo esencial de las ideas, está la maestría de la pluma que navega por esta lengua tan exquisita. No suelo ser de halagos, pero al menos permíteme, Rosamaría, agradecerte tu esfuerzo permanente en esta actividad que nos permite implicarnos. Y repito: sabias palabras cargadas de hermosura y de ilusión, de realidades posibles e imprescindibles, inevitables.

    Un abrazo, un poquito más entrañable si se me permite.

  13. Yo también me sumo a los halagos que te ha dedicado Carlos María Herrera, por permitir espacios de libertad para aquellos a quienes «sólo nos queda la palabra», sabiendo que ahora hemos de medir nuestras palabras más que nunca ante la tiranía del lenguaje de lo políticamente-correcto al servicio del mediocre poder político de la mayoría de los Estados occidentales, reales correas de transmisión de la ideología de un sistema económico, el capitalismo financiero, tan desligado de la economía real como de la dignidad de las personas, a las deberían ir subordinados todos los intereses políticos y económicos. En los tiempos en los que la noble palabra «austeridad», que antaño fuera expresiva de virtud para quien podía ejercerla, se ha convertido en un insulto a la inteligencia y la verdadera memoria histórica, seamos austeros con las palabras y con nuestros actos, en solidaridad con el sufrimiento del pueblo griego. δeμος y πάθος, dos palabras griegas.

    De momento, yo mismo, un parado sin prestación social ni ayuda pública y social alguna y, además, que ha cometido el mayor pecado contra la idolatría hegemónicamente dominante del dios Dinero, es decir, el de haberse endeudado; yo, por tanto, una «persona» excluida y descartada, que no es persona para el sistema socioeconómico, tal y como denuncia valientemente el papa Francisco con su revolucionaria doctrina de la «cultura del descarte» en su encíclica «Laudato’ si», y confiando en que Dios otorgue el ciento por uno de lo que he dado no a mí, sino a los griegos, he contribuido con mi pequeño granito de arena al «crowfunding» de apoyo al Gobierno y al Pueblo Griegos, además de con un microdonativo, con un mensaje publicado en la web https://www.indiegogo.com/projects/greek-bailout-fund, que lleva con esta campaña iniciada por el ciudadano británico Tom Freeney la nada despreciable suma de «€ 1,690,587 raised by 96,716 people in 6 days», demasiado para una sola persona, demasiado poco para el FMI. Pero que casi cien mil personas se hayan movilizado en Europa y, sobre todo, que la iniciativa haya partido de un país rico pero con una sociedad civil admirable, cosa que no tenemos aquí, sencillamente me resulta conmovedor y moralmente suficiente como para justificar cualquier contribución, aunque, con una probabilidad rayana en la certeza, no se alcance la suma de 1.600.000.000 de euros requerida de aquí al lunes 6 de julio.
    El propio Tomo Freeney, al iniciar esta colecta solidaria, declaró que, si todos los ciudadanos europeos donaran 3 euros -y yo añado, pongamos 6, o 9, para los que tienen personas a cargo incapaces de contribuir-, esa deuda griega estaría saldada. Pero… ¡qué aficionados somos muchos españoles a ver la viga en el ojo ajeno sin ver la paja en el propio, y a ver en los griegos a unos vagos, trasmitiendo un desprecio indolente a sus ciudadanos y a su gobierno elegido democráticamente! Por otra parte, me consuela algo el hecho de que hoy mismo, tras haber llamado a la Embajada griega para solidarizarme con su Pueblo y con su Gobierno, me lo hayan agradecido mucho y me hayan referido que había llamado mucha gente para lo mismo.

    Ahí va el texto del mensaje publicado en la campaña del ciudadano europeo Freeney:

    «To support Syriza’s Government and People of Greece, who has badly suffered the so-called «austerity» measures and is been unjustly mistreated by the neoliberal policies of the Troika and the IMF and the unjust international financial capitalism. Good luck. Καλή τύχη και ο Κύριός μας Ιησούς Χριστός, ο οποίος ήταν πάντα στο πλευρό των φτωχών, θα ενισχύσει και θα σας δώσει τη δικαιοσύνη και την ειρήνη. Pablo Guérez, PhD».

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  1. La ejecución de Grecia: no es economía, es política | El Periscopio | EL TÁBANO
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