Una madre olvida a su hijo de tres años en el coche. Incomprensible que despiste o preocupaciones puedan llegar a ese punto. Pero el crío pasó 5 horas en un coche al sol, antes de morir. Tuvo que llorar. Mucha gente pasaría a su lado. Pero tampoco se fijó o quiso intervenir.
Una chica de 13 años es violada y vejada por media docena de sujetos en Baena, Córdoba. En una piscina. Una vecina contempla desde su casa la escena. Y no hace nada. Se lo cuenta a su marido cuando llega a casa… a las 22,30.
Jesús Neira, pasó por delante de una decena de indiferentes, para detener una agresión machista, antes -y durante- de que el maltratador le diera tal paliza que lo dejó en coma.
Daniel Oliver, un estudiante de 23 años de Valencia, actuó de la misma forma que Neira, un año antes. Un hombretón pateaba en el suelo a su novia y trató de impedirlo. Se acercó a defender a la mujer y el hombre le golpeó en la cabeza. El resto de los presentes no actuó. Murió una semana después. Nadie le ha recordado. Ni los periodistas.
Indiferencia y pasividad nos asolan. Es más fácil reaccionar ante un hecho violento que presenciamos que ante los atropellos soterrados. Hay algo visceral que solía impeler a actuar. Hierve la sangre y se precisa un jarro de fría cobardía mayor para apaciguarla. No ahora. Aún menos para parar las agresiones del sistema. Moverse implica riesgo sí pero ¿tiene algún valor una vida sin compromiso alguno, tibia, ciega, sorda y muda?







lainon
/ 17 julio 2009Afortunadamente no tenemos que enfrentarnos a situaciones como esas cotidianamente, pero no deja de ser cierto que nos comportamos así. Sin embargo, yo lo achaco más bien al instinto de supervivencia que a otra cosa. Esto es muy discutible y tiene sus derivaciones, lo que no significa que no debamos honrar a aquellos que consiguen superar ese instinto y hacen lo que socialmente es mejor aún a costa de poner en riesgo su vida. Tal vez si nos volcáramos en generar una sociedad mejor y más racional, tal vez no tendría que llamarse a la movilización frente a los problemas humanos.
apajerabierta
/ 17 julio 2009«La vida, es una pugna trágica entre lo esponténeo y lo difícil» decia, no sin razón, un pensador hoy denostado. Nuestra sociedad tiene como valores escondidos, pero supremos, el egoismo y la codicia. El sistema se mueve por estos dos motores, apoyados por la inmediatez. «Lo quiero y lo quiero ya» es lo que se nos vende machaconamente por la publicidad. Nuestra vida no será completa sin el último modelo de coche, de perfume de juguete etc. La filosofía del «mando a distancia» que todo lo consigue de inmediato, con el mínimo esfuerzo, con un click es lo que impera.
No te extrañe que con estas premisas, todos vamos a lo nuestro, volviendo la cabeza ante los posibles problemas de los demás. Se nos educa -indirectamente- todos los días para ello.
Una rosa en mi jardín
/ 17 julio 2009Hay un dato incorrecto: lo de la niña violada ha sido en Córdoba y no en Málaga.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/chica/anos/violada/amigo/pandilla/elpepusoc/20090717elpepisoc_7/Tes
En cuanto a lo del maltrato físico a las mujeres y lo del profesor Neira, es por todos conocidos que la maltratada se puso del lado de su maltratador y culpó a su defensor de haberse metido donde no debía. Algo parecido le pasó a un compañero recepcionista en unos apartamentos turísticos: un hombre bajó las escaleras con su mujer dándoles de ostias; el recepcionista llamó a la policía, y la mujer en vez de agradecerselo se explayó con él.
También es de todos conocido el caso del maltrato que sufrío por parte de su último marido, Carmen Ordónez , la cual sacó rentabilidad económica vendiendo las exclusivas a las revistas del corazón y a los programas rosas de telecinco. Y ni que decir tiene de lo que han dicho varios jueces: hay muchas denuncias falsas de maltrato hechas por mujeres, que después no son tales y tienen como objetivo salir más beneficiadas económicamente en los procesos de separación o de divorcio.
En mi caso personal no soy nada indiferente y pasivo, pero en éstos casos y visto lo visto, me lo pienso un poco antes de actuar: He presenciado algunas peleas de parejas y al rato o al otro día verlos cogidos de la mano o comiendose a besos.
rosa maría artal
/ 17 julio 2009Gracias, ya lo he corregido.
Las víctimas de los maltratadores están algo asi como abducidas. No por eso hay que intentar erradicar el maltrato, al contrario.
Food and Drugs
/ 17 julio 2009No es disculpable la pasividad ante un crimen, pero tampoco considero positivo el que, salvo algunas excepciones, como en el caso del doctor Neyra, la gente intervenga directamente.
Lo que no entiendo es como la señora que prersenció las violaciones, o los viandantes que pudieron fijarse en el niño, no se molestaron en ponen a la policía sobre aviso. No lo entiendo.
lampuzo
/ 17 julio 2009Mi visión de la situación es que el colectivo de «héroes», como nos dicta la historia, tiene índice de «mortalidad» muy alto. Traspolando estos hechos a la contidianidad, ó en el ámbito profesional, la tendencia nos dicta que los comportamientos valientes a la hora de expresar tus opiniones ó de mostrar carencias, se considera perjudicial, desune al grupo y produce enfrentamientos.
Parafreseando a Voltes: » No hay nada peor visto en esta sociedad que la «capacidad» (como valentía) hasta el punto que incluso el «fracaso»(como cobardía) causa un efecto de comprensibilidad y simpatía».
Saludos,
frantic
/ 17 julio 2009Pues sí, Lampuzo, es triste pero es la realidad.