Menos resignación y más acción

Ayer descubrí que me había atracado mi banco de toda la vida y evité que lo hiciera -al menos temporalmente- una óptica. En este país hay que tener un cuidado extremo para que no te desvalijen. No ya los desgraciados rateros, sino las gentes instaladas, los soportes del sistema. Lo peor es que han logrado anestesiar a la mayor parte de la ciudadanía que ya no se inmuta por las denuncias, aunque sean sobre hechos flagrantes. Dos minutos de morbo al enterarse, y a enchufarse a la tele o al fútbol: nos han desactivado. Han seguido practicando la desconexión de los ciudadanos, tarea en la que llevan toda la vida los poderes fácticos.

En este blog puede verse sin embargo la irritación que produce la mala política, los desmanes del capitalismo consentido -más aún, apoyado-, el sistema en sí mismo. Sólo que no existen cauces eficaces para que esa protesta se canalice y provoque las reacciones precisas, los cambios necesarios.

Todo sistema se corrompe y es imperfecto. El mejor, sin duda, la democracia. Hay que olvidarse de grandes utopías si se quiere ser práctico. Ahora bien, el orden establecido es manifiestamente mejorable. Pero lo encargados de hacerlo parecen haber perdido el rumbo. Voluntariamente o invadidos por la inercia.

Mi banco de toda la vida me ha secuestrado 5.000 euros durante 5 años, tiempo en el que ni siquiera sé si seguirá existiendo como tal. No soy rica, es un serio contratiempo. La fechoría la perpetró con engaños una ejecutiva de diseño que me embaucó vilmente haciendo lo contrario de lo que le pedía. Si trato de recuperarlos, antes de tiempo,  pierdo 800 euros. Me mintó en la fecha del vencimiento del bono.

Al salir de la oficina bancaria, acudí a la tercera tienda franquicia de una óptica avalada por un señor francés. Publicitan una interesante oferta, pero en los dos primeros establecimientos vieron que yo no me adaptaba a sus condiciones. En el tercero sí. Ahora bien, las gafas de sol llevan suplemento por color y por curvatura. La oferta no incluye no sé de qué de réflex, luego si no lo pones te fríes los ojos, y, por supuesto, colocarlo lleva suplemento. Tengo alguna dioptría más en un ojo que en otro, luego hay que reducir el cristal: otro suplemento. «Es que Vd. tiene dioptrías» me dijo la empleada. Hombre, no voy a ponerme gafas para guarecer los ojos en una urna, las gafas solían servir para ver bien. El negocio no les cuadraba porque no pedía progresivas. Dos señoritas diferentes estaban muy interesadas en ello, pese a que les dije que, a pesar de mi edad, no tengo presbicia, veo perfectamente de cerca. Con todo la cosa se ponía en 500 euros para los que dan facilidades de pago. Una amiga pagó hace poco 1.300 euros, dice que debo darme contenta. Sólo que en la mayor parte de Europa las gafas son gratis, las costea el Estado. No son un lujo.  Y merecen una prioridad del gasto, anteponiéndola por ejemplo a subvencionar fábricas de procesiones.

Éste es también un país, donde la Hacienda Pública, persigue a los asalariados y les hace objeto de sanciones arbitrarias, mientras deja escapar los grandes fraudes. Y ante todo esto, el único consejo que te dan es que te resignes y que procures que no te pase otra vez. ¿Poniendo una vela a la virgen?

En España fallan los cimientos de raíz. El PSOE se dispone a cargarse hoy una ley en el Parlamento que consensuó el año pasado para revalorizar las pensiones y hacerlas algo más dignas. Las subió un 30% la pasada legislatura, el populista PP es mucho más responsable del atraso. Pero un país desarrollado no se puede permitir pagar 400 ó 500 euros a una persona que ha trabajado -aunque sea en casa como esposa, ahora viuda- para que viva todo un mes. El argumento: les supone 5.000 millones de euros. Han entregado 9.000 a las constructoras para que hagan aceras. ¿Cuánto a los bancos para que rapiñen cuanto quieran?

De disponer de tiempo, daos un paseo por el blog -los seguidores habituales lo sabéis-. Tenemos los sueldos más precarios de la Europa de los Quince, salvo Grecia y Portugal. Corrupción a todos los niveles, incluso con sanciones del Parlamento europeo. Pero, como os dije en la entrada de ayer, los sueldos millonarios de los incontables asesores del gobierno de Aragón, y de cualquier parte donde se hurgue, no provocaron reacción alguna. Y lo mismo parece ocurrir en el mundo entero. Bueno, los constructores fraudulentos que han matado literalmente a las gentes de L´Aquila, parece que terminarán en la cárcel a instancias de la fiscalía italiana. Pero los familiares de los muertos ni siquiera insultan a su jefe de gobierno cuando le ven aparecer.

Nos resignábamos cuando el sistema parecía funcionar. Sólo lo parecía. Pero es que nadie sabe cómo se va a arreglar el inmenso fiasco. El sistema, el famoso sistema, está viciado en origen. Proponen regeneraciones, socialismos alternativos… No sé. Es economía de guerra, que precisa política de guerra también. Replantearse todo. Ir a lo esencial. Comenzar por abajo Por las pensiones suficientes, por atajar corrupciones y corruptelas con contundencia, por la educación en profundidad que es lo único que puede salvarnos a la larga.

Sentarse a una mesa, tachar prácticamente todos los presupuestos de los poderes públicos y pensarlos de nuevo. Fijar prioridades reales, útiles, con visión de futuro. Pero los políticos están demasiado impregnados en la madeja. Giran como caballitos de feria mirando al frente sin ver la realidad. Y nosotros, la sociedad, les lanzamos palomitas de maíz para que se entretengan. Y seguimos poniendo cirios a los santos para que el ciclón no nos alcance.