El Primer ministro italiano Silvio Berlusconi ha dejado plantada a la canciller alemana Angela Merkel en la alfombra roja -por la que se accedía desde Alemania a Francia a través del «Puente de Europa»-, porque estaba hablando por el teléfono móvil. Tras larga espera y cambios de expresión, Merkel ha recibido al premier británico Gordon Brown, y ha abandonado el lugar.
El diario La Repubblica cuenta la razón de la inaplazable conversación: Berlusconi hablaba con Erdogan, el primer ministro turco, según ha hecho publico el Consejo de la OTAN. Erdogan -que presiden un gobierno laico- tiene problemas de política interna y ha decidido empuñar la bandera del Islam y oponerse a la elección del danés Rasmussen como secretario general de la OTAN que habían pedido Alemania, Francia y Gran Bretaña y luego ha aceptado EE.UU.
Rasmussen tuvo un papel activo en el caso de las viñetas de Mahoma que publicó en 2006 un periódico danés. El primer ministro no fue partidario de censurarlas y, además, según Erdogan, Dinamarca da cobertura a un canal de televisión afín al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), considerado terrorista por Turquía y la Unión Europea.





