La foto lo dice todo. ¿Qué ser del planeta Tierra merece esta atención, esta locura? ¿Qué méritos ha hecho?

Un esperpento de prensa para un esperpento de candidata.

La cara de Esperanza Aguirre también es expresiva, se muestra exultante. La felicidad, el derecho al halago y la pleitesía. Ya hace mucho tiempo que esta sexagenaria mal llevada evidencia marcados signos de desequilibrio. Ni la mayor prepotencia (en este siglo, no en las monarquías medievales) se muestra con tanto descaro de no ser patológica. Como siga así podríamos verla caminar por los caros pasillos del Palacio de Cibeles con el gorro de Napoleón, hacer cónsul a su Carromero o quemar Madrid como Nerón. Sus insidias, rencores y pulsos en el PP la han llevado, como era su empecinamiento, a ser candidata a la alcadía de Madrid. Y ahí está en la gran aventura de esta parte de su vida, intentando llegar al poder por cualquier medio, cualquiera, y luego machacar a sus enemigos. Empezando por los de su partido. «Por Madrid» no lo hace, de eso no cabe duda, lo hace Por su puesto de alcaldesa.

Sobrevolando como si no fuera con ella las incontables tramas de corrupción del PP de Madrid, el nepotismo llevado al extremo. De ese PP nacido a sus pechos. Ahora arremete contra Manuela Carmena, la rival a la que más teme, con los métodos del áspid que es.

Según encuestas, se mantiene a la cabeza del voto en Madrid. Esos entre 700.000 y 1.000.000 entes humanos que  no tienen empacho en votar lo que votan en la capital (con todas las consecuencias) nos dicen que siguen ahí. Habría que verlo. Algo teme de la limpia candidata de izquierda, la jueza Manuela Carmena. Lo que sí es cierto es que Ciudadanos nos la puede plantar de alcaldesa.  Donde no llegue el PP, llegarán las gentes de Rivera que para eso han venido de la nada.

Múltiples medios al servicio de Aguirre. Permanente presencia en ellos. La malvada bufona vuelve a escupir veneno y la rodean micrófonos y cámaras. El PP creó con Aguirre un monstruo, nada extraño en el magma que les nutre. Pero la prensa también, no ya en sus inicios, sino ahora mismo: da audiencia y aún tiene mano para favores y aguijón para vengarse. Algo que mermaría notablemente si fuera derrotada.

Miren, colegas (al menos de nombre), miren otra vez esta foto y reflexionen.