El día que cambió la suerte de Zapatero y Rajoy

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De José Luís Rodríguez Zapatero suelen decir que es un hombre enormemente afortunado. Porque es indudable que existen personas con un don especial para atraer la suerte, lo mismo que otras para ahuyentarla. Una trivial película que vi hace poco en un viaje, trocaba ambos polos por un beso. La chica privilegiada se convertía en gafe para sí misma, y al revés le ocurría al chico.

El 1 de Marzo los hados obraron este maleficio o conjuro en las personas de Zapatero y Rajoy. El moribundo -políticamente- líder del partido popular, vio transformado su destino positivamente, y al contrario le sucedió al presidente del Gobierno.

Con un descenso notable de votos en el País Vasco, el PP se convierte en fuerza decisiva e imprescindible para que forme gobierno el socialista Patxi López. Y se desencadena la suerte. El PNV se enfada con furor incontrolado con el PSOE. Nunca más le apoyará como le quiten la silla. Los nacionalistas catalanes de CiU, están a partir un piñón con los vascos, y todavía no han superado verse privados del gobierno de la Generalitat pese a ser, como los chicos de Urkullu, la lista más votada. Zapatero se ha quedado sin apoyos.

Muchos estamos convencidos de que Mariano Rajoy, pese a todos sus exabruptos -inocentes- contra vascos y catalanes, su defensa de la España, una y grande, habla catalán y vasco en la intimidad, al igual que su mentor José María Aznar. ¿Qué tal una moción de censura? Pero habrá que esperar a que se pase la crisis.

Luego, abaratamos el despido, permitimos que los empresarios bajen los sueldos cuanto estimen, privatizamos lo poco que quede por privatizar, recortamos gastos sociales, tapamos presuntas corruptelas, hacemos el trasvase del Ebro, suprimimos Educación para la Ciudadanía, y todos tan contentos.

La política es estresante. Todo el futuro, en un segundo -que se lo digan a Touriño… o a Ibarretxe-. Sólo puede retornar el estado anterior -suerte de Zapatero, algo menos (que tiene mucha) de Rajoy-, con el beso de la coherencia de ciudadanos vascos y catalanes. Votarían a Gordon Brown o a Putin, antes que hacerlo a un PNV o una CiU pactando con el PP. Digo yo, vamos.