La soberanía reside en el pueblo

Sus señorías andan a la greña en el Parlamento. En un discurso aburrido, falto de imaginación y de brillantez, pueril al extremo, cruzan sus monólogos archisabidos. «Pues tú más», «tu papá también robó» «pues anda que el tuyo»… Nuestros presentantes en las Cortes se sientan allí, sin hacer otra cosa, que corear a sus jefes y silbar e interrumpir a los contrarios. Todos sabemos lo que votarán: lo que mande el partido. Siempre digo que eso lo podrían resolver entre media docena: los titulares de las formaciones políticas. Y decir: «y ahí van mis 280 diputados», pongo por caso. Igual así sentíamos que los demás trabajaban en algo.

Luego están los medios informativos. Al igual que Zapatero gobierna, a veces, siguiendo los sabios consejos o rapapolvos de El País y Público, Rajoy no se pierde el seguimiento de El Mundo, ABC, la COPE y todas sus filiales. Anoche el votante de ultraderecha tenía un amplio surtido para elegir: Telemadrid con Sáenz de Buruaga -que entiende por pluralidad llevar a envejecidos (de ideas) antaño progresistas como Leguina o Cristina Alberdi que fue la primera en sacar los pies del tiesto por rivalidad con Zapatero-, y a la vez estaban a lo mismo en Intereconomía, Veo y Popular Televisión. El asunto crucial no eran los -presuntos- «chorizos» beneficiados por el PP, sino la cacería dichosa.

Rajoy bebe de sus fuentes. Y así lleva al Parlamento esta frase: «Si no firma el cese de Bermejo se convierte en el propio Bermejo». Me parece que hay cosas peores que ser el Ministro de Justicia, a pesar de que asesinar animales sea una práctica vomitiva. Rajoy debería aprender lo caro que le sale leer El Mundo. Cuando la impune teoría de la conspiración, llegó a pedir la suspensión del proceso sólo por leer el periódico.

Todos los políticos NO SON IGUALES. El titánico esfuerzo de Zapatero para acercarnos al nivel de desarrollo europeo en cuestiones sociales, no debería quedar en el olvido. Con él hemos pasado del puesto 19 al 13 en el Indice de Desarrollo Humano de la ONU que mide riquezas menos materiales que las económicas. Pero es el sistema -insisto un día más el que no funciona-. Las sesiones del Parlamento hastían, son absolutamente suprimibles, tal como están configuradas. No gana adeptos ninguno. Consigue más desencantados, más cabreados.

Siempre, el poder -todos los poderes- se ha alejado del pueblo. Domina, aislado, desde su torre nacarada en lo que los griegos llamaron Hubris y el político y neurólogo inglés David Owen definió como síndrome: egos alimentados por adulaciones, miedos, que alteran la conducta hasta llenarla de soberbia, desmesura y huida de la realidad. En la Antigüedad le opusieron una sádica Némesis que les atemperaba o, los romanos, un esclavo repitiendo: «recuerda que eres mortal». Nadie hoy les pone coto. Menos aún el PSOE al PP, o el PP al PSOE. En el río revuelto surgen los populismos veleta y así asistimos al auge incomprensible y peligroso de otra resentida: Rosa Díez que recoge en su partido a todo el desecho de tienta y ganado como el catalán Trías de Bés que ha recorrido todo el arco parlamentario.

Resulta que -muy bien pagados- los políticos nos representan, pero la soberanía reside en el pueblo. Y lo olvidan porque viven en una urna. Cuando un político acude a un acto de medio pelo, melena larga o moño, no veis la escena completa. Una docena de altos cargos, extremadamente sonrientes, aguardan su llegada. Aparca el coche oficial, se posicionan los guardaespaldas, saltan los luces de los fotógrafos y cámaras de televisión. El político se ve envuelto en una atmósfera irreal, cree que es más que los otros, no reflexiona. Pero se aferra al poder con todas sus fuerzas. Y opera como si su feudo provisional y alquilado fue un cortijo de su propiedad. Veáse el caso de la privatizadora Aguirre o de Alberto Belloch en Zaragoza, que no cede a dedicarle una calle al fundador del Opus Dei, pese a que le estén aireando todas sus vergüenzas. Con el mismo rigor, otorga calle a un futbolista  ceutí y a María Callas, tan aragonesa ella.  

Tenemos que enseñarles que así no funcionan las cosas. Que nos aburren y disuaden sus sesiones parlamentarias y sus campañas electorales, que exigimos listas abiertas para pedir cuentas a nuestro propio representante como sucede en otros muchos países. Que el mundo está hecho una pena y que, tan ocupados en atesorar su poltrona, no se ocupan de nosotros. Y podemos enfadarnos y mucho.

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5 comentarios

  1. Avatar de Eliug

    Eliug

     /  18 febrero 2009

    Y que podemos hacer? Lo digo totalmente en serio, vengo viendo desde hace tiempo lo que tu expresas en el post: que la clase política no está en este mundo, no saben como solucionar problemas y, en muchos de los casos, no saben ni que existen. Y hablo de la clase política en general, los partidos mayoritarios como PP o PSOE y los minoritarios, como UPyD.
    Viendo cosas como lo que sucede en Madrid con la privatización continua (a este paso privatizan hasta el gobierno de la comunidad!), escándalos mayúsculos entre los alcaldes y consejeros, etc me pregunto… Qué puedo hacer? Como se puede cambiar todo esto? Está visto que, hasta ahora, no se ha podido cambiar por las urnas. Dudo mucho que se pueda cambiar algo a través de un partido político.
    Se me han acabado las ideas, aparte de emigrar a otro sitio más de mi agrado, no se que puede hacer el pueblo español para acabar con esta sangría e indiferencia.
    Se te ocurre algo?
    Saludos.
    PS: Felicidades por el blog, lo he descubierto hace poco y lo leo gustoso a diario.

  2. Avatar de Lecaun

    Lecaun

     /  18 febrero 2009

    «Todos los políticos no son iguales» pero los políticos que salen en el papel cuché, en la tele (autonómica, nacional o privada), en la radio (COPES varias y las contrarias), en la prensa diaria de pago y gratuita, en las noticias de cualquier hora, en los eventos mundanos, religiosos, cívicos o inciviles, en cacerías y contra-cacerías, a las puertas de la Audiencia Nacional, en los coches oficiales, en las inauguraciones y -como ya me estoy cansando- en cualquier situación en condiciones normales o anormales de presión y temperatura social… son exactamente iguales, dicen las mismas cosas, actuán parecido y son una lacra que la sociedad soporta porque está acostumbrada a soportar cualquier lacra.
    Sólo que los políticos que no son iguales (que alguno hay), están muy ocupados haciendo política desde sus puestos de trabajo y no pintan nada, ni tienen tiempo ni -por lo que se ve- ganas de que sepamos que existen. Lo que es una lástima, ya que, como sólo vemos a los de la primera calaña, se nos hace difícil imaginar que los políticos decentes existan.

  3. Avatar de luis

    luis

     /  18 febrero 2009

    Rosa, haces estas reflexiones en tu libro y me tengo que sumar al primer comentario ¿Qué podemos hacer para cambiar esto?

    Un saludo

  4. Avatar de romanbender

    romanbender

     /  18 febrero 2009

    Yo pienso que necesitamos a la derecha y a la izquierda. La izquierda para cambiar el mundo y la derecha para que este cambio se realice controladamente. Así ha sido a lo largo de la historia, y los cambios han ido surgiendo poco a poco. Muy poco a poco, pero siempre hacia adelante. Una vez se cambian estos papeles es cuando la cosa empieza a fallar. Cuando los políticos de izquierda son amantes del sistema o cuando la derecha es la que mueve el mundo. Eso está pasando actualmente en el planeta, porque yo no entiendo mirar sólo lo que ocurre en España. Obama y Zapatero son milagros, pero dan una de cal y otra de arena, y sí, Zapatero no está tragando con el despido libre, y si rajoy gobernara eso estaría hace tiempo, amén de muchas otras cosas. Obama va a ayudar a la gente con sus hipotecas, eso está muy bien, pero no hacen ningún cambio realmente importante. O no tienen imaginación o no les dejan. Los políticos son administradores del sistema, y en una situación como la actual lo que se necesitan son programadores. Hay que cambiar el sistema operativo del planeta, y darnos cuenta de que Windows es una basura.
    Los políticos son iguales? En qué? En decencia no, pero en incompetencia me temo que sí. Les separan muchas cosas a muchos, pero en otras son idénticos, y me temo que esas cosas son las que nos interesan.
    Zapatero es un buen tipo, y está cargado de buenas intenciones. Rajoy, Camps, Aznar, Zaplana son tipos que no me representan en lo más mínimo. Gentuza que haría que me cambiara de acera. Pero ninguno de ellos tiene la menor idea de cómo cambiar el mundo. Y eso es lo que nosotros queremos ahora.

  5. Avatar de lampuzo

    lampuzo

     /  18 febrero 2009

    Tenemos lo que nos merecemos…

    Pero lo peor de todo es que son políticos profesionales, mas conocedores de los entresijos y disputas del aparato del partido que de la realidad de gobierno. Si a esto unimos los que vienen a medrar, que aunque no son profesionales en lo temático, si lo son en cuanto aquello de buscar buena vida, – que la otra no es vida ni es na’…- tenemos una síntesis panorámica.

    Así que me temo que las listas abiertas pecarían del mismo problema, porque no estamos hablando del sistema si nó de los practicantes. En fin..ya sabes aquello de «menuda tropa…»

    Saludos,