Estoy planteándome mudarme. En lugar de seguir la utopía de cambiar lo que me rodea, cambiarme yo. De residencia. Elegid al azar -los no habituales- entradas de este blog y comprenderéis las razones –corrupción, tolerancia a la corrupción, incultura, elogio de la ignorancia, malas artes, demagogia, chapuza, señalados fracasos como país-. Los fijos lo sabéis y hasta pedís auxilio conmigo. Añadamos decepciones: la labor de intentar nuevas maneras que impriman un giro en la tendencia –aunque se demuestre una y otra vez errónea- choca con la realidad, apenas nadie quiere mover nada, ni toleran a quien lo osa. Y listos, aprovechados, cínicos, trepas, envidiosos, vanidosos, corruptos, indiferentes, dominan la situación. Parece que todo proyecto conjunto –desde la tópica asociación de vecinos a la organización política, económica o mediática del Estado- termina en lo que un amigo me definió muy gráficamente: “¿Sabes que es un camello? Un dromedario fabricado en equipo”.
Cambiar de ciudad o de país es una tarea compleja. Máxime cuando la cuenta bancaria no permite dispendios. Quemar las naves sin avistar tierra, una temeridad. Barajo opciones y veo lo que perdería y lo que ganaría, lo que ganaría pero también lo que perdería, lo que perdería, pero las ventajas que obtendría en el cambio, ahí giro y giro sin encontrar solución. Por eso hay que planificarlo bien. Con ayuda. La vuestra. Aún creo que hay gente diferente –lo veo aquí y en muchos otros lugares sin gran audiencia pública-, que quiere intentar nuevos métodos, atrapar ambiciones éticas, utilizar la imaginación, huir del tedio y el abotargamiento, ser feliz sin tener que avergonzarse de cómo contribuye a la injusticia. ¿Utopía? A lo mejor no tanto. Aún es posible fabricar camellos cuando el objetivo es fabricar camellos. Mi amigo José Antonio Rodríguez, está a punto de embarcar para Australia en su vuelta al mundo. Y es muy feliz.
¿Quién se viene? Estudiemos adónde. La prudencia no aconseja grandes choques, mejor un país de similar o superior desarrollo y en un aproximado entorno cultural. Europa, se me ocurre Europa. Porque para el EEUU de Obama es muy cara la mudanza incluso de lo más imprescindible. Imaginad. Poner la tele y que no aparezca Rajoy, ni Esperanza Aguirre, ni De Cospedal, ni Ana Rosa Quintana, ni «Lozanitos», ni Boris Izaguirre, ni un tal Risto o algo así, ni Belén Esteban, ni prácticamente ninguno de los políticos, periodistas y famosos españoles. Y que no griten los anuncios, que no ofendan el buen gusto. Saber que a los corruptos los llevan a la cárcel, que sus dictaduras –si las tuvieron- no quedan impunes, que los medios informativos son algo más responsables y veraces, que nadie, ni la Iglesia católica, se opone a que los niños estudien Educación para la Ciudadanía , clave para salir del hoyo bimilenario de la caspa, y que la sociedad clama porque así sea, que se compromete en la marcha del país con los codos, no con la boca. Países terminados, que funcionen, que no amparen la desidia. Sus políticos y sus errores serían suyos además, no nos dolerían tanto.
Fuera de los prejuicios que nos imbuyen, mi amiga Camino pasa temporadas en Berlín para ahorrar, dice. Pero, aún así, nuestros miserables sueldos y subsidios, nos plantean un problema. Entonces opto por Portugal, el elegante y sufrido vecino cuyo sueldo mínimo es –eso sí- la mitad que el nuestro, por eso los portugueses cruzan la frontera sólo para trabajar aquí, pero residen en su país. Están irrumpiendo los depredadores de la burbuja inmobiliaria española, pero a lo mejor aún llegamos a tiempo. Islandia podría ser un buen destino también. En la debacle financiera, daría las oportunidades de un nuevo Dorado, y en verano huimos del horno en el que llevamos viviendo –yo sí- hace más de 3 meses. La chimenea y la tertulia en invierno. Valoremos opciones, pros y contras. Dejemos a la una, grande y libre donde siempre estuvo hasta que se hunda.
Hay otra opción para no perder el supermercado de enfrente, los encantadores farmacéuticos, el emprendedor chico del videoclub, la listísima peluquera, el avispado quiosquero de periódicos, los buenos periodistas, incluso algún político bien intencionado, la gente que sin saberlo nos hace la vida cálida. ¿Cuál? Que se vayan ellos. Todos los racistas, populistas, desvergonzados, ultraderechistas, inmovilistas, clasistas, demagogos, botarates, engañabobos, bobos sumisos y adocenadados, ignorantes a propósito, horteras, tienen un sitio en Italia. Los problemas de racismo que sufran por ser extranjeros pueden serles muy instructivos. ¿No dicen que esto es una dictadura y les aprisionan rodillos, maquinarias y comandos? ¡que se vayan!, o pongámonos seriamente de acuerdo para echarlos. A la democracia perfecta de Berlusconi. Que vengan los italianos desesperados a emprender con nosotros la nueva tarea de reconstruir un país y convertirlo, al menos, en decente. Los gays ya lo han pedido.
Algo hay que hacer. Ninguno de nosotros puede irse solo, ni quedarse solo. Necesitamos calor, proyectos, imaginación, pasión, ideas, luchar por el periodismo, la ciencia, la educación, la justicia, todo el trabajo que contribuye a la mejora de la sociedad, dromedarios y camellos posibles. ¿Hay algo, muchas cosas, que no te guste? Empecemos de nuevo. Lo que no resisto más es la caspa y las dos Españas. Ni que una eminencia de la medicina, honrado y ético, me diga, con el gesto más triste que le he visto nunca: “Rosa, no vamos a cambiar el mundo”, porque, me cuentan otros, le ha humillado el diseño de sanidad especulativa de Esperanza Aguirre. Ahí he comprendido que la búsqueda de soluciones es urgente: ¿Adónde nos vamos? o ¿adónde les echamos?
Marina
/ 9 septiembre 2009Hola Rosa María.
Me gustaría invitarte a un encuentro de bloggers relacionado con el periodismo. Te agradecería que me escribieras un mail diciéndome tu dirección de correo personal.
Muchas gracias de antemano.
lindeloff
/ 9 septiembre 2009Hola Rosa,
Cuántas veces yo me he planteado también irme a vivir a otro país ..
Viví un año en París pero volví porque encontré un buen trabajo en Madrid, pero desde entonces me he planteado cambiar de residencia. El año pasado, si llega a salir Rajoy de presidente me piro seguro, pero salió Zp, que aunque no me emocione, me cae bien y lo considero una buena persona.
El sentimiento de amor-odio que tengo con España hace que esté siempre pensando en marcharme, pero no acabo de decidirme.
Puede que en un tiempo lo haga. Lo difícil es elegir destino, como bien dices en tu post.
En fin, de momento habrá que esperar.
besos
Deotra
/ 9 septiembre 2009Yo si no fuera por familia y amigos me iba a Suecia a vivir sin pensarlo 2 segundos.
Lo único que necesito de este país es una visita por el norte de cuando en cuando. Lo demás, todo lo que comentas, me sobra.
Ein
/ 9 septiembre 2009Esto ya no tiene arreglo, el barco se hunde, así que sálvese quien pueda.
Jaume
/ 9 septiembre 2009Un país, donde la máxima aspiración del ciudadano medio es hacerse funcionario para tener un buen sueldo y trabajar menos de lo justo y necesario, por un buen sueldo, congelado si, pero ya me gustaría a mi tener un sueldo tan digno de por vida, sólo por haber pasado un examen…
Un país donde los políticos llevan el país a base de parches, sin previsión, sin preparación, estando donde están por amiguismos, o por ser de la cuna que son, con sueldos multimillonarios a los 30 años…
Un país, donde la gente con grandes sueldos paga menos impuestos que los mileuristas y aun se plantean subir más los impuestos…
Un país, donde a un futbolista se le paga más que a un investigador…
Como narices quieren que me identifique como ciudadano de un país así…
Ojala me atreviese a emigrar, como llevo planteándome años y años…
El día que mejoré mi ingles… puede que ya no me vean por aquí señores!
Miguelo Arencibia
/ 9 septiembre 2009A Berlín, a Berlín.
jose antonio
/ 9 septiembre 2009Pues yo creo que expresado así tan contundentemente,que se vayan ellos,te quedarias sola.Bueno yo me quedaria……
Ludens
/ 9 septiembre 2009Acabo de ver el telediario y pienso que sí habría que irse, pero irse a tomar la Bastilla. No creo que la emigración solucione algo si sólo sirve para sustituir el debate sobre la altura moral de los dirigentes locales por el debate sobre la altura física del presidente francés.
eyeclipse
/ 9 septiembre 2009Rosa, no te desanimes.
El mundo se puede cambiar (hoy más que nunca), pero hay que tener claro que es posible que no lo veamos.
El tema es poner un proyecto base para que continúen la labor nuestros hijos o afines.
Sólo te pido que no queremos tirar toda la casa al suelo, y empecemos por cambiar los adoquines del jardín.
P.D.: me temo que vas a ser el detonante para que una todos los puntos que tengo en la cabeza y me proponga algo que ataque de raíz el problema. Mi intención será tenerte informada.
P.D.: El marketing es una herramienta hiper poderosa, pero hasta ahora sólo se ha utilizado con el fin de vender 😉
Soto
/ 9 septiembre 2009Hola Rosa Maria y amigos Bloqueros:
Lo que propones es sugerente,pero empiezas a maquinar para resolver el problema de la forma que tu propones y tropiezas con muchos muros que te impiden llegar al lugar consiguiendo el proposito diseñado ;en un pricipio yo me iria para un pais escandinavo.por otra parte creo que el mundo hay que intertarlo cambiar cada dia ,lo malo es que no se vea un atisbo de que «prenda la mancha de la exigencia «de la etica que une pretende en lo demás……bueno…mira…dejesmolo asi de momento y a ver si se produce un cataclismo y empezamos de nuevo…
..!¿que os parece?
faqui
/ 9 septiembre 2009Ni yéndonos unos, ni echando a otros. Yo creo que el camino hacia ese «otro mundo posible» se está recorriendo hoy y ahora, con gentes que día a día estáis (estamos) tomando la palabra y alzando la voz para mostrar que cada vez somos más los que deseamos dejar a un lado la marchita «sociedad competitiva» en la que vivimos, para llegar a ser una «sociedad cooperativa» en la que todo el mundo tenga cabida. Incluidos los otros.
rosa maría artal
/ 9 septiembre 2009http://meneame.net/story/adonde-nos-vamos
Pati_Difusa
/ 9 septiembre 2009Pues ese sentimiento de no poder más, de no aguantar más el tocinazo rancio y el tufo cañí a mí también me persigue. A veces acuciantemente. Y pienso en irme, exiliarme. Holanda; yo me iría a Holanda. Estuve un par de veces y, la verdad, tampoco la conozco tanto, pero os dejo una pincelada: La primera vez que estuve, en el 83, me quedé estupeojiplática porque, en mitad de las aceras, había unos dispensadores de periódicos (no vigilados) que consistían en una caja como de metacrilato con tapa de apertura normal en la que había periódicos, claro, y ¡un recipiente con dinero que tenía hasta billetes! Cuando vi el primer dispensador no me lo podía creer y permanecí yo no sé el rato mirándolo sin dar crédito para comprobar con asombro como ciudadanos y ciudadanas abrían la caja cogían su periódico y lo pagaban en un gesto cotidiano y sin importancia. Supe entonces que yo vivía en la caverna y sentí mucha pena. Ojalá me hubiera ido entonces, que tenía 23. ¿Ahora? Ya me gustaría a mí que se fueran ellos… pero mira que me extraña (suya es la patria, suyo el honor y la gloria por siempre, mylord). Al menos, ya me gustaría que el imperio de la ley fuera de verdad el imperio de la ley… pero debe ser que a mí no me regalan bolsos de Vouiton y que el mío, de piel marrón, ya va a entrar en su cuarta temporada. El otro día, por cierto, lo arreglé porque la bandolera se soltaba y le hice un supersólido recosido con hilo de coser toldos. Apañá que soy.
Una rosa en mi jardín
/ 9 septiembre 2009Yo también tengo una relación amor-odio con mi país. Supongo que por ello tiendo a idealizar otros países que tienen cosas que aquí no existen o son difíciles de alcanzar, y a valorar las cosas que aquí tenemos y que en el exterior es dífícil, cuando no imposible encontrar. Como diría el millonario que se quería casar con Jack Lemon en la escena final de Con falda y a lo Loco: «Nobody’s perfect»
Hace unos años yo me planteé cambiar de lugar, cambiar de aires. Cambié el sur por el norte, pero en el mismo país. La diferencia más notable está en el clima y el paisaje, pero también en sus gentes.
Andalucía, tal vez porque ha estado «contaminada» a lo largo de la historia por multitud de culturas y pueblos, es mucho más abierta. Todo lo contrario pasa con Asturias, con la barrera física de las montañas de la Cordillera Cantábrica se ha mantenido aislada de esa «contaminación» de otras culturas y es mucho más cerrada: lo que en otras zonas del país o del mundo se ve como lo más normal, aquí en considerado algo extravagante o raro.
Por lo demás, como dicen los dichos, en ningún sitio atan los perros con longanizas y en todos sitios cuecen habas. Sin embargo, yo estoy muy contengo con el cambio y, eso parece ser que ocurre todos los españoles que viven fuera de España. Al menos eso es lo que deduzco del programa Españoles en el Mundo de TVE, que sigo cada vez que puedo.
En cuanto a Europa se refiere a mí me atree mucho Francia, Alemania, Suecia, Irlanda. También la Toscana italiana o la costa de Amafi pero para irme a la Italia de Berlusconi prefiero quedarme aquí.
Mi sincero deseo, Rosa, es que encuentres tu alcarria feliz, y que todo lo que te pase sea de tu agrado.
Jota
/ 9 septiembre 2009Hola Rosa,
Todos los días leo tu blog (no creas que he desaparecido), pero nunca me animo a comentar las entradas.
Creo que no es necesario ir fuera de España para tener un buen ejemplo de saber hacer. Tengo planteado ir a vivir a Barcelona una temporada. Desde mi punto de vista, es una comunidad de la que mucha gente tendría que tomar ejemplo.
Adrian Vogel
/ 10 septiembre 2009Dudo entre Hawai o Alaska
cazadoradeastros
/ 10 septiembre 2009Vaya, pareciera que las realidades son tan parecidas, aunque con sus -claro- particularidades. En Latinoamérica hay otras formas, otras personas, otros presentes, otros lugares adónde ir, irnos, irse o mandar a los otros… Me gustó mucho la entrada y me parece que escribes de una manera tan clara… Gracias por compartirlo. Saludos.
Z
/ 10 septiembre 2009Mirad; una cosa, yo llevo bastantes años fuera, en centro Europa, y no os creais q aqui no cuecen habas y tienen una cierta tendencia a esconder los problemas debajo de la alfombra….y sí, en Holanda cogen los periodicos de esas cajas, pero muchos q conozco q han vivido en Holanda han acabado quemados por la frialdad y distancia de la gente….son sociedades individualistas, cada vez más, con gente maravillosa claro q si, pero también con su corrupción y sus programas basuras, Ristos o como se llamen (no tengo el gusto) hay en todas partes….A mi en cambio como tan bien expresa Rosa Maria, me emociona la amabilidad del farmaceutico, las gracias de los taxistas, la fraternidad de las madres y los padres en los parques, según llego a Barajas me emociona la gracia y «meneo» de los camareros spanish….( siempre digo q habría q mandar a los belgas de stage en españa para estos menesteres….), q a día de hoy la gente siga peleándose por invitar (al menos en el Norte, este deporte es absolutamente desconocido aqui…), la camaderia…..vamos q todo es RELATIVO, y depende desde donde se mire. Pero q los problemas no son exclusivos de España, yo, al contrario q vosotros, me debato en si volver o no ( ahora q soy madre)….no sin grandes dosis de dudas……eso si reconozco q España es muy muy muy ruidosa.
Arturo Espada
/ 10 septiembre 2009En mi caso noo sería mala idea de no ser por el detalle de que me he esforzado tanto por encajar en mi tierra, que fuera de ella no tengo fuerzas para volver a encajar en otra…
Además, la burocracia nos ata, ¿sabes…? En mi caso por once años… Con una VPO cuya entrega se retrasa, pero ya tengo el adelanto pagado y todos los papeles hechos… Podría renunciar, pero algo muy bueno me tiene que tentar (y no sólo económico) para ponerme a ello e irme a otra parte…
De todos modos, desanima mucho ver que los que realmente valen se van, dejándonos a los sencillos y nuestros esfuerzos por prosperar y levantar el país a merced de los mediocres.
frantic
/ 10 septiembre 2009No son malas ideas ninguna de las que hay aquí expuestas pero, al final, siempre me acaban viniendo a la cabeza las palabras de aquel entrañable personaje de «El hijo de la novia» interpretado por Norma Aleandro: «Pero, ¿adonde nos vamos a ir?. A la mieeerda.»
Gorgosh
/ 10 septiembre 2009Yo tomé la decisión drástica y repentina, aunque deseada, de marchar hace año y medio, junto con mi compañera del alma y mi perra, y lo poco que pudimos meter en un coche y un remolque, de las frias tierras castellanas que me vieron nacer a la soleada y volcánica isla de Lanzarote.
Aquí también te encuentras con cosas no tan buenas: corrupción, caciquismo, paro, cosas hechas mejor o peor… Pero el cambio compensa.
Gente maravillosa y cálida, paisajes y puestas de sol de ensueño, playas de arena blanca, negra, … una isla con un encanto muy especial.
Animo a atreverse a cambiar. Yo tuve la suerte de sentirme apoyado y de no estar anclado por las raices de una hipoteca. Busquen su lugar en el mundo!
Volver a casa de vez en cuendo se disfruta con más gusto.
Saludos!
piezas
/ 10 septiembre 2009Doña Rosa, que se vayan ellos. Se necesita diversidad, convivencia y felicidad, que se marchen los que son incapaces de aceptar esas tres condiciones. Y si al final no queda otra, Portugal es un país precioso y dulce.
Esther
/ 10 septiembre 2009Yo opto por Portugal, más que nada porque lo tengo al lado… aunque creo que es mejor que se vayan ellos. Lejos, muy lejos. Lo que no sé es donde porque no me siento capaz de odiar a ningún país tanto como para mandárselos…
Rafa
/ 11 septiembre 2009Creo que el problema es que durante mucho mucho tiempo la gente válida se ha ido en lugar de quedarse y echar a los mamarrachos. Y eso ha tenido un resultado pernicioso: En la mente de la gente honrada la idea de marcharse en cuanto las cosas no funcionan. En la mente de los mamarrachos de que este país es de su propiedad.
Es verdad que cuando las cosas te decepcionan la primero en lo que piensas es en abandonar. Pero ha llegado el momento de hacer frente y pedir que abandonen el barco a esos mamarrachos.
Cristoff
/ 11 septiembre 2009Buenas tardes,
Para empezar quiero decirle a Jaume que algunos nos hemos planteado el funcionariado, no por ganar un sueldo fijo de por vida y no hacer nada, sino porque la empresa privada ha llegado a un punto en el que explotar, difamar o aburrir al trabajador es su máxima. ¿Y qué queda entonces?. La empresa pública. Y telo digo por 10 años de experiencia, un abandono en mi primer trabajo que provocaron ellos y un despido con tácticas mafiosas en el segundo.
Yo también me he planteado acabar con todos los lazos de este país e irme a un lugar diferente, da igual. Siento absoluta vergüenza de ser español y ser visto desde fuera como un vago, torero o amante de fiestas anacrónicas. Aquí siempre triunfa el trepa, el analfabeto alfabetizado, el famosete y el circo de payasos que se montan a su alrededor y las estrellas medáticas que sin dar un palo al agua en toda su santa vida son entronizadas como si fueran dioses de referencia.
Cuando decidais iros de verdad, contad conmigo. Así seremos más y la ausencia más reconocible.
Un saludo para todos.