Los ciudadanos que amaban las tramas escandalosas

Italia vive un par de escándalos más en esa interminable saga que dirige Silvio Berlusconi. Aldo Brancher se ha visto obligado a dimitir de su cargo de ministro “de nada” para el que fue nombrado 17 días antes por su amigo el presidente. Este ex sacerdote, que en su día hizo votos de castidad y pobreza, es hoy dirigente de Fininvest, el holding de Silvio Berlusconi, y está casado. Tenía que enfrentarse a juicio en Milán por apropiación indebida de un millón de euros en el intento de compra del Banco Antonveneta. Y su colega le introdujo en el gobierno, sin cometido, para que dispusiera de inmunidad. El juicio siguió pese a todo. Ahora ha dimitido, en una emotiva escenificación ante el magistrado, al parecer para lograr la reducción de un tercio de su pena, caso de ser condenado.

Italia se enfrenta también a la llamada “ley mordaza” que va a comenzar a tramitarse. Con la nueva legislación se restringirá al mínimo la realización de escuchas telefónicas y su difusión en la prensa bajo penas de cárcel para los periodistas. Se están produciendo numerosas manifestaciones de protesta, pero “Il Cavaliere” continúa su marcha imperturbable contra los derechos democráticos que le garantice impunidad –para él ,y sus amigos y colaboradores- y la salvaguarda de ¡el negocio!

¿Cómo puede estar sucediendo todo esto en Italia? En España una de las imputaciones a Garzón es por la denuncia de Correa al habérsele practicado escuchas, autorizadas por el juez y avaladas por otro magistrado, Antonio Pedreira. El Tribunal Supremo, como sabéis, admitió a trámite esa demanda del presunto cabecilla de Gürtel. Más aún, ese ciclón democrático conocido como Manuel Fraga, dijo ayer que “Garzón debía estar lo más lejos posible de España”.  A mí  me resulta penoso vivir sin Garzón en España, con Fraga en las antípodas lo haría encantada.

El reencuentro con un amigo francés que lleva una década sin vivir en España, ha propiciado que contestara a sus preguntas sobre la actualidad de nuestro país que él sigue aunque no al detalle. Para mi amigo la trama Gürtel se vinculaba sólo a Valencia. Le fui relatando todo desde lo más trivial: cómo el sastre tomaba medidas para los trajes en el Hotel Ritz donde el President se alojaba, la exigencia de que le fueran traídas trabillas italianas imprescindibles para su atuendo. Seguimos por la Comunidad de Madrid, por el asunto del espionaje a miembros del PP por agentes relacionados con el propio gobierno regional del mismo partido –porque ese espionaje sí se ha producido al margen del largo proceso de imputación de responsabilidades- , los ceses fulminantes a quien contraviene los postulados de la Presidencia. Pasamos a Baleares. Nada le extrañó de Matas. Apenas supe darle detalles del estado de las investigaciones en Castilla León o Galicia.

-¿Y siguen con mayoría absoluta? –preguntaba él, tras haberme escuchado entre risas, asombro y preocupación-.

Así es, en efecto. aumentándola. Un par de ministros franceses han dimitido por asuntos turbios, pero sintetizar lo que ocurre en España a un extranjero ávido de ponerse al día -con la corrupción, la economía sumergida, o un neonazi mantenido en su cargo de policía-, produce auténtico sonrojo.

   Y el goteo prosigue sin pausa. Hoy en Alicante, pringados hasta las pestañas, es demasiada presunción creer en la inocencia de estas auténticas cataras del Niágara de la corrupción. Y eso si que «atenta contra lo más sagrado» que tanto le gusta exgrimir al máximo líder del PP Mariano Rajoy cuando saca a pasear su discurso mogigato y conservador. «Lo más sagrado» es el dinero y la confianza de los ciudadanos. Para un político al menos que, simplemente, es su represante. Y no «para forrarse» a su costa. 

Berlusconi es un producto del fracaso de la política, del que cada vez se ven más ejemplos. ¿Cómo es posible que el vibrante pueblo italiano tolere sus atropellos en nombre de un más que dudoso uso de la democracia? Probablemente es porque buena parte de la sociedad está anestesiada con la televisión de “Il Cavaliere”. Pero Belén Esteban es también “hija de Berlusconi”, como lo es “la Patiño” y una larga lista. No sé si en Italia disponen también de esas televisiones ultrafascistas que han propiciado los poderes públicos del PP en la TDT. La deriva hacia la involución en ambos países mediterráneos es similar. Y tampoco consuela mirar hacia esa UE azul de Barroso, y casi hacia ninguna parte. En realidad, preguntada por quién en España representa una ilusión, una salida en política, no se ve a ningún cabeza de lista, ni a la mayoría de las cùpulas. ¿Qué hacer?

Causa o vehiculo, la ciudadanía parece asistir al cruel escenario donde se juega su futuro como a un espectáculo que puede apagar e irse a dormir. Una ágil trama hasta con escándalos que le entretienen. Lo he dicho más de una vez -al punto de parafrasear títulos de lo que escribo-, resulta aterradora la confusión entre realidad y ficción que tiene hoy la sociedad. Los escándalos no se cuentan para amenizar el ocio del personal y qué diga: “jo, qué barbaridad”. Están sucediendo, son hechos, y les afectan.

  Los alemanes explicaron que ellos «no se enteraron bien» de lo que estaba pasando cuando Hitler empezó a actúar, tras haber sido elegido en las urnas. Y eso que no disponía de la televisión como arma. Pero el programa «lúdico» que nos es ofrecido, no se elabora solo, hay guionistas, directores, productores… y consumidores. Y esto no pinta como comedia, va camino de tragedia. Más aún, es absolutamente previsible, porque calca su trama una y otra vez, y a lo sumo introduce más elementos desestabilizadores. Y no podemos cambiar de canal, no podremos cuando los sicarios llamen a la puerta de cada cuál. 

No sé, los franceses se tiraron a la calle a la semana de contarles que prolongaban la jubilación de los 60 a los 62 años (¡qué cosas les hacen a los frances, eh¡). No servirá de nada. La oposición casi absoluta a la guerra de Irak en España no sirvió para que parase la invasión, y su artífice más cercano, Aznar, sigue pontificando allá donde le parece. Entonces ¿no hacemos nada?

(Por cierto, no soy responsable ni cobro nada por la publicidad que me han metido sin consultarme por alojarme gratis el blog, voy a tratar de solucionarlo)